La alcaldesa de Chicago Lori Lightfoot prometió el lunes una agresiva campaña de salud pública dirigida a las comunidades negras y latinas debido a que un abrumador número de afroestadounidenses ha fallecido a causa de la enfermedad COVID-19, de acuerdo con datos preliminares.
Los residentes negros representaron el 52% de los casos confirmados del nuevo coronavirus y el 72% de las muertes por complicaciones relacionadas con la enfermedad en la ciudad, pese a que constituyen apenas el 30% de la población de la urbe, de acuerdo con la agencia de salud pública local.
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Los expertos en salud pública de Chicago dijeron que la tendencia no fue una sorpresa para cualquiera que esté familiarizado con las añejas barreras en torno a la atención médica en una ciudad que está dividida geográficamente: los residentes en el sur y oeste de la ciudad históricamente tienen menos acceso al sistema de salud pública, tienen mayores tasas de pobreza y laboran en empleos que les requieren seguirse presentando en su lugar de trabajo, mientras que otros pueden trabajar desde casa.
Condiciones similares caracterizan otras metrópolis con grandes poblaciones de raza negra que tienen brotes de coronavirus, como Nueva York, Detroit, Milwaukee y Nueva Orleans. Las cifras publicadas el lunes por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Michigan mostró que los afroestadounidenses, que representan el 14% de la población del estado, han constituido 33% de los casos confirmados de coronavirus en la entidad y 41% de los decesos.
Sin embargo, la alcaldesa Lightfoot dijo que las disparidades en Chicago “te dejan sin palabras” y requieren una respuesta inmediata por parte de la ciudad, de activistas y de proveedores de servicios médicos.
Un nuevo equipo de representantes de la ciudad y de la comunidad se enfocará en contactar a los residentes mayores de 50 años y a aquellos que son considerados vulnerables al virus debido a enfermedades preexistentes para darles información sobre prevención y recursos para los que se enfermen.
El sistema de tránsito de la ciudad aumentará la vigilancia en sus autobuses y añadirá vehículos a las líneas que siguen siendo muy utilizadas, y los inspectores de la ciudad visitarán los supermercados y tiendas pequeñas para implementar medidas de distanciamiento social, señaló la alcaldesa.
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“No podemos simplemente quedarnos esperando y dejar que esta enfermedad haga estragos en nuestras comunidades”, manifestó Lightfoot. “Hay vidas que en verdad están en riesgo”.
El comisionado de salud pública de la ciudad también ordenó a todos los proveedores de servicios médicos recopilar información sobre la raza y etnia de los pacientes infectados, buscando abordar las brechas existentes. La dirigente del departamento, la médica Allison Arwady, dijo que un cuarto de los resultados de las pruebas que han sido enviadas a su oficina hasta ahora no han incluido esa información.