Los hospitales de Europa se encuentran abrumados por la crisis del coronavirus, lo que deja al descubierto una asombrosa paradoja: los mejores sistemas de salud del mundo carecen de los recursos necesarios para lidiar con una pandemia.
Expertos en enfermedades infecciosas aseveran que la fijación en los hospitales, la falta de experiencia epidémica y la complacencia inicial contribuyeron a la rápida propagación del virus por el continente.
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“Si tienes cáncer vas a querer estar en un hospital europeo”, comenta Brice de le Vingne, director de las gestiones contra el COVID-19 de Médicos sin Fronteras en Bélgica. “Pero Europa no ha sufrido una epidemia en más de 100 años y ahora no saben lo que hacer”.
La semana pasada, la Organización Mundial de la Salud amonestó a los países por “desperdiciar la oportunidad” de detener la pandemia, afirmando que debían haber actuado con más severidad imponiendo medidas como pruebas generalizadas y vigilancia colectiva.
De le Vingne y otros opinan que la estrategia europea fue demasiado floja al principio y carente de medidas epidemiológicas básicas como el rastreo físico de personas que han entrado en contacto con enfermos, a fin de determinar cómo el virus se es está propagando.
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En el reciente brote de ébola, como el ocurrido en el Congo, las autoridades publicaban las cifras de contactos monitoreados, incluso en aldeas remotas afectadas por ataques armados.
Tras el estallido del coronavirus a fines del año pasado, China despachó un equipo de unos 9.000 profesionales de la salud a rastrear a posibles contactos en Wuhan todos los días.
Pero en Italia, las autoridades en algunos dejaban que los mismos enfermos le informaran a sus posibles contactos que habían dado positivo y se limitaban a llamarlos por teléfono para ver cómo estaban. España y Gran Bretaña se negaron a divulgar cuántos profesionales estaban trabajando en el rastreo de contactos, ni cuántos contactos fueron identificados en cada etapa del brote.
“Somos muy buenos en cuanto al rastreo de contactos en Gran Bretaña, pero simplemente no lo hicimos suficiente”, estimó el doctor Bharat Pankhania, experto en enfermedades infecciosas en la Universidad de Exeter en el sudoeste de Inglaterra.
Hasta ahora a nivel mundial han ocurrido 802.000 casos del coronavirus y han fallecido 39.000 personas, según la Universidad Johns Hopkins.
En la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. En algunas personas, sobre todos los adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacentes, puede provocar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte.