La compañía petrolera Rosneft, controlada por el estado ruso, anunció el sábado que está cesando sus operaciones en Venezuela, donde venderá sus activos. En un comunicado, Rosneft explicó que venderá sus negocios en la nación sudamericana a una compañía que es 100% propiedad del gobierno ruso.
La medida se anunció luego de que Estados Unidos ha estado presionando desde hace mucho a Rusia para que cese sus operaciones petroleras en Venezuela, pues han proporcionado un salvavidas al gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, que cuenta con el respaldo de Moscú.
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Algunos observadores percibieron la medida como un intento de Rusia de proteger a Rosneft de las nuevas rondas de sanciones de Estados Unidos, manteniendo al mismo tiempo su apoyo incondicional a Maduro.
La venta podría ayudar a proteger a Rosneft, el mayor productor de petróleo de Rusia, al entregar el control de las operaciones venezolanas a una subsidiaria de propiedad total del Estado ruso, que no responde a los inversores privados de la manera en que lo hace Rosneft.
La subsidiaria de Rosneft que vende crudo a los clientes europeos se vio afectada recientemente por las sanciones de Estados Unidos, y las autoridades norteamericanas han prometido mantener la presión para obligarla a detener las operaciones en Venezuela.
Rosneft precisó que “llegó a un acuerdo con la compañía que es 100% propiedad del gobierno de la Federación Rusa, para vender todos sus intereses y cesar la participación en sus negocios en Venezuela, incluyendo las empresas conjuntas de Petromonagas, Petroperija, Boquerón, Petromiranda y Petrovictoria, así como en las empresas de servicios de yacimientos petroleros, operaciones comerciales y de comercio”.
La petrolera Rosneft, encabezada por Igor Sechin, asociado de larga data del presidente ruso Vladimir Putin, dijo que su decisión significa que “todos los activos y operaciones comerciales de Rosneft en Venezuela y/o conectados con Venezuela serán enajenados, rescindidos o liquidados”.
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