La pandemia de coronavirus define qué es lo “esencial” para diferentes países: qué servicios o artículos no podemos prescindir, aunque no sean necesarios para la supervivencia. Algunos estados de Estados Unidos han declarado esenciales el golf, la marihuana y _para indignación de muchos_ las armas.
Al tratar de frenar el contagio, las autoridades en muchos lugares determinan cuáles negocios y servicios deben cerrar y cuáles pueden permanecer abiertos. También limitan la salida de la gente de sus casas. Más de la quinta parte de la población mundial está bajo órdenes o consejos de quedarse en casa.
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En esta situación, muchos se formulan una pregunta existencial: ¿qué es realmente lo esencial? En todos los continentes existe mayormente un consenso: los trabajadores de la salud, los servicios públicos, la producción de alimentos, las comunicaciones y la policía, que están exentos del aislamiento.
Sin embargo, algunas actividades reflejan una identidad nacional, o bien los esfuerzos de los cabilderos de cada país.
Muchos lugares han incluido a las bebidas alcohólicas en la lista de lo esencial. Al principio, Gran Bretaña excluyó a sus tiendas de licores de la lista de negocios que podían funcionar, pero cuando se empezaron a agotar el vino, la cerveza y los licores en los supermercados, se apresuró a incluirlas.
“Los sucesos recientes demuestran claramente que el proceso de designar ‘servicios esenciales’ tiene que ver con la cultura tanto como cualquier realidad político-legal sobre lo que se necesita para mantener a la sociedad en funcionamiento”, dijo Christopher McKnight Nichols, profesor de historia en la Universidad Estatal de Oregon.
India y otros países, así como varios estados estadounidenses, incluyen el sector de tecnología informática en la lista de lo esencial. Innumerables personas obligadas a permanecer en casa se comunican, ven películas y juegan online para mantener a raya la claustrofobia.
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California, Washington y otros estados que han legalizado la marihuana consideran que su venta es esencial, pero para uso medicinal, no para permitir que la gente encerrada se drogue.
El gobernador de Connecticut, Ned Lamont, agregó las tiendas de armas a su lista de negocios esenciales, para escándalo y consternación de los familiares de víctimas de la violencia armada. Su vocero, Max Reiss, dijo que Lamont sólo trataba de prevenir trastornos excesivos al comercio o evitar violar derechos legales.
Newtown Action Alliance, un grupo creado después de la matanza de 26 personas en la escuela primaria de Sandy Hook en 2012, exhortó a Lamont a recapacitar, ante el aumento reciente de ventas de armas y municiones. El grupo pronostica un “aumento en el número de muertes debido a disparos accidentales, homicidios y suicidios”.
En Estados Unidos, donde no hay una orden nacional de cuarentena, “cada lugar inventa las normas que considera cultural o geográficamente específicas”, dijo el profesor Benjamin Clark, de la Universidad de Oregon. “Por eso vemos tanta variación y riesgo potencial”.
En Europa, actual epicentro de la pandemia, Italia tiene las normas más estrictas y sólo considera esenciales las farmacias y las tiendas de alimentos. Se ordenó el cierre del sector manufacturero, y sólo las fábricas de artículos esenciales _como los que requiere la medicina_ pueden operar, después de crear condiciones de seguridad para sus trabajadores.
En Francia se han declarado esenciales las tiendas especializadas en pasteles, vino y queso.
En Israel, dada la importancia de la vida religiosa, se permite que la gente se reúna a orar al aire libre, pero en grupos de no más de 10 personas, con dos metros de separación entre sí.
En Estados Unidos, los cabilderos tratan de ejercer influencia sobre las listas de servicios esenciales para que los negocios de sus clientes sigan abiertos.
El gobernador de Arizona, Doug Ducey, incluyó los campos de golf en su lista. Las autoridades de Phoenix exhortaron a los 1,7 millones de habitantes a “salir, hacer ejercicio y practicar la sana distancia responsable” en campos de golf, parques y senderos.
En Nueva Hampshire, el gobernador Chris Sununu decretó que las florerías son negocios esenciales. Preguntado por qué, su vocero Ben Vihstadt dijo que sus servicios son esenciales para las funerarias.