NUEVA ORLEANS (AP) — La ciudad de Nueva Orleans se apresuraba el viernes a convertir su centro de convenciones en un hospital de campaña mientras surgían preocupantes nuevos brotes del coronavirus en Estados Unidos, aumentaban los fallecimientos en Italia y España, y el mundo avanzaba penosamente a través de una pandemia en la que más de medio millón de personas se han infectado.
Estados Unidos se convirtió también el viernes en el primer país en rebasar los 100.000 casos, de acuerdo con un conteo de la Universidad Johns Hopkins. Y aunque Nueva York seguía siendo la ciudad más afectada en el país, los estadounidenses se preparaban para un agravamiento de la situación en otras partes, con preocupantes cifras de infecciones en Nueva Orleans, Chicago y Detroit.
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“Aún no terminamos con esto. Ni siquiera estamos a la mitad”, dijo Joseph Kanter, del Departamento de Salud de Luisiana, que ha registrado más de 2.700 casos, más del quíntuple de lo que tenía hace una semana.
El amplio Centro de Convenciones Ernest N. Morial de Nuevo Orleans, a orillas del río Mississippi, estaba siendo transformado en un enorme hospital como parte de los preparativos para la posible llegada de miles de pacientes más de los que las autoridades pueden manejar por el momento.
Tales preparativos hicieron evocar imágenes de otro desastre, el del huracán Katrina en 2005, cuando el centro de convenciones se convirtió en un albergue en una ciudad que ha capeado una serie de tormentas, sin mencionar enormes incendios y una epidemia de fiebre amarilla en siglos pasados.
Mientras se avecinaba la nueva crisis de salud, ya se había hecho presente una catástrofe económica en la urbe, donde muchos vivía de antemano en la pobreza y la industria turística se encuentra totalmente detenida.
“Nunca he estado desempleado. Pero ahora, repentinamente, ¡wop!”, dijo John Moore, el músico mejor conocido como Deacon John, que no tiene conciertos que ofrecer debido a que la mayor parte de la ciudad está cerrada. “No soy sólo yo. Es todo el mundo”.
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En el estado de Nueva York, donde hay más de 44.000 casos, el número de personas hospitalizadas con COVID-19 superó las 6.000 el viernes, el doble de las que había tres días antes.
El gobernador Andrew Cuomo pidió preparar 4.000 camas temporales más en la ciudad de Nueva York, donde el Centro de Convenciones Jacob K. Javits ya fue transformado en hospital.
“Esto va a demorar semanas y semanas y semanas”, le dijo Cuomo a integrantes de la Guardia Nacional que laboran en el Centro Javits. “Este será un día largo, y será un día difícil, y será un día feo, y será un día triste”.
El presidente Donald Trump, tras rechazar en un principio las peticiones de Cuomo para que le fuesen entregados decenas de miles de respiradores adicionales, y las exhortaciones del gobernador para aplicar la Ley de Producción de Defensa, invocó la ley el viernes, y ordenó a General Motors que comience a fabricar esas máquinas.
Trump promulgó un gigantesco paquete de estímulo económico de 2,2 billones de dólares después de que la Cámara de Representantes lo aprobó en votación oral. Legisladores de ambos partidos respaldaron la ley para enviarle cheques a millones de estadounidenses, impulsar el apoyo gubernamental por desempleo, ayudar a las empresas y arrojarle un salvavidas a un sistema de salud totalmente desbordado.