Con la fecha de parto acercándose velozmente, Kelly McCarty metió en una bolsa blusas de maternidad, una bata, pantuflas y barras de granola. El ultrasonido de la semana pasada, dijo, mostró que “este bebé se encuentra cabeza abajo y listo para salir”.
Pero el nuevo coronavirus le ha cambiado las cosas, sacándola a ella y aproximadamente otras 140 próximas madres del hospital que eligieron y enviándolas a otro centro médico a 30 minutos de distancia. La unidad de partos en el hospital de Edmonds, Washington, se necesita para atender a enfermos de COVID-19.
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Con la capacidad llevada al máximo, los hospitales de Estados Unidos se apresuran por encontrar camas para un próximo flujo de pacientes, por abrir hospitales ya cerrados, convertir cuartos sencillos en dobles y dar un nuevo uso a otros edificios médicos.
Las autoridades de Luisiana están logrando acuerdos con hoteles para que proporcionen camas de hospital adicionales y han convertido tres parques nacionales en lugares aislados para los pacientes que no pueden irse a casa. Illinois está reabriendo un hospital de 314 camas en los suburbios de Chicago que fue cerrado en septiembre.
En Nueva York, el centro de convenciones de la ciudad está siendo transformado en un hospital temporal. En el hospital Mount Sinai Morningside, los cirujanos cardiacos, cardiólogos y enfermeras cardiovasculares ahora atienden a pacientes de coronavirus en una unidad cardiaca modificada. Los hospitales flotantes de la Armada de Estados Unidos se dirigen a Los Ángeles y más adelante a Nueva York. Al estado de Washington se le ha prometido las unidades hospitalarias móviles militares.
Con el total de los casos en Estados Unidos duplicándose cada tres días, las camas desocupadas en las unidades de cuidados intensivos, necesitadas por cerca de 5% de los enfermos, serán ocupadas rápidamente.
Los hospitales en Estados Unidos reportaron que operaban con 74.000 camas de las unidades de terapia intensiva en 2018, con 64% de ellas ocupadas por pacientes en un día típico. Pero las camas disponibles en las unidades de terapia intensiva no son distribuidas equitativamente, de acuerdo con un análisis de The Associated Press a los datos federales de hospitales que proporcionaron un reporte de costos al Medicare en el año fiscal de 2018.
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La AP halló que más de 7 millones de personas de al menos 60 años _un rango de edad que representa mayor riesgo de enfermar gravemente de COVID-19_ viven en condados sin camas de unidades de terapia intensiva. La AP incluyó en su conteo camas de cuidados intensivos en unidades coronarias, quirúrgicas y unidades de atención a quemados.
Aproximadamente hace 10 días, la doctora Tanya Sorensen recibió una llamada del médico al frente del grupo de respuesta para el virus en el Centro Médico Swedish, del estado de Washington. ¿Cómo podría consolidar el sistema sus servicios de partos a fin de evitar que las mujeres a punto de dar a luz contraigan la enfermedad?
Las instalaciones del Centro Médico Swedish de Edmonds _donde McCarty planea tener su parto_ anunció el sábado el cierre de su centro de maternidad en el séptimo piso de manera temporal, lo que genera 35 camas extras para el flujo esperado. McCarty será atendida en su lugar en un hospital afiliado en Everett.
“Necesitan más camas. Si pueden abrir todo un piso, lo entiendo”, dijo McCarty, una profesora de escuela pública que está ocupada en capacitar a sus colegas en la enseñanza a distancia durante la contención a nivel estatal.
En la mayoría de las personas, el coronavirus sólo provoca síntomas de leves a moderados, como fiebre y tos. En algunos, en particular adultos mayores y personas con problemas de salud ya existentes, puede causar enfermedades más graves, como neumonía.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las personas con síntomas leves se recuperan en alrededor de dos semanas, mientras que quienes presentan un cuadro más grave podrían tardar de tres a seis semanas en recuperarse.
Si otros países pasan por lo que experimentó China, entre 15% y 20% de los pacientes del COVID-19 presentarán un cuadro severo de la enfermedad. Cerca de 5% podría requerir cuidados intensivos.
Encontrar equipo ha sido todo un reto. Directivos de aproximadamente 20% de los hospitales de Estados Unidos han dicho que no cuentan con las suficientes máquinas respiratorias para pacientes y 97% está reutilizando o conservando cubrebocas N95, de acuerdo con un sondeo realizado la semana pasada por Premier, un grupo de compra de equipo hospitalario.
El determinar quién proveerá las camas de unidades de terapia intensiva necesarias es algo que mantiene preocupados a los directivos de los hospitales de Estados Unidos.
Esta semana, McCarty y su esposo planean dirigirse al hospital Everett en un viaje de prueba. Una vez que sus contracciones empiecen, pedirán al padre de ella que se quede en casa con su hija de 4 años. McCarty se lo está tomado con calma, sabiendo que la necesidad es mucha.
“Creo que si se tratara de mi primer hijo sería más difícil”, dijo McCarty sobre ajustar su plan de parto a causa del COVID-19. “Sé lo que es y ya he pasado por esto antes. No es tan importante dónde voy a dar a la luz. Me siento feliz por ayudar”.
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