Francia realiza elecciones a nivel nacional el domingo para elegir alcaldes y otros cargos locales pese a que el gobierno prohibió las reuniones públicas debido al coronavirus (COVID-19).
Los centros de votación abrieron justo cuando entró en vigor una medida drástica que ordenaba el cierre de todos los restaurantes, museos y gran parte de las tiendas para frenar la propagación del coronavirus, propinando un duro golpe a la economía.
En la mayoría de la gente, la enfermedad COVID-19 causa síntomas leves o moderados. Pero en algunos puede provocar síntomas más graves. Francia tiene unos 4.500 casos confirmados y 91 muertos.
El presidente Emmanuel Macron decidió no posponer las elecciones en medio de inquietudes de que sería antidemocrático. Pero el virus está afectando la participación, que era de 18% al mediodía, comparado con el 23% de los comicios del 2014.
Aquellos que se presentaron describieron un sentimiento de deber, pese lo que rodea los comicios.
“No es lo ideal, pero es importante que vayamos a votar y la vida en esta ciudad y en la sociedad no debería detenerse”, comentó Laure Marie Diers, una administradora de París. “Necesitamos hacer lo mejor que podamos y es por eso por lo que vine a votar esta mañana”.
El gobierno ordenó medidas sanitarias sin precedentes en los centros de votación.
Los organizadores recibieron instrucciones de implementar una distancia de un metro entre la gente formada y de proporcionar jabón o gel, y toallas desinfectantes para las máquinas. También pidieron a los votantes llevar sus propias plumas para firmar el registro.
Los periodistas de The Associated Press observaron una aplicación dispareja de las reglas en distintos centros de votación.