SAN FRANCISCO — Funcionarios federales y estatales en California se preparaban el lunes para recibir a miles de personas a bordo de un crucero que ha estado vagando frente a la costa de San Francisco con al menos 21 personas infectadas con el nuevo coronavirus.
Personal cubierto de pies a cabeza con trajes protectores despertaron a los pasajeros del Grand Princess para revisar si estaban enfermos.
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Michele Smith, de Paradise, California, dijo que un médico tocó la puerta del camarote de ella y su esposo antes del amanecer y les preguntó si tenían fiebre o tos. La pareja, que había realizado el viaje en crucero para festejar su aniversario de bodas, está saludable y, al igual que el resto de los 2.400 pasajeros a bordo, ha estado aislada en su camarote desde el jueves.
En tierra, las autoridades instalaron vallas en un espacio de 4,45 hectáreas (11 acres) en el Puerto de Oakland y prepara vuelos y autobuses para trasladar rápidamente a los pasajeros del crucero a bases militares o a sus países para una cuarentena de 14 días. Los más de 3.500 pasajeros y tripulación del barco provienen de 54 países.
“Nos esforzamos por bajarlos del barco lo más seguro y rápido posible”, declaró el médico John Redd, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, quien instó a los pasajeros a permanecer en sus habitaciones.
Al tiempo que la cifra de muertos en Estados Unidos a causa del virus llegó al menos a 21 y el número de casos a nivel mundial rebasó las 110.000 personas, el gobernador de California Gavin Newsom y el alcalde de Oakland trataban de garantizar a la población que ninguno de los pasajeros del Grand Princess tendría contacto con los residentes del lugar sin antes cumplir la cuarentena. El número de infecciones en Estados Unidos superó las 500 personas al tiempo que aumentan las pruebas para detectar el virus.
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