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Mueren siguiendo los pasos del idealista de “Into the Wild”

Alaska (Jillian Rogers/AP)

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Durante más de un cuarto de siglo, el viejo autobús abandonado en un paraje inhóspito de Alaska ha atraído cantidades de aventureros que siguen los pasos de un joven idealista muerto en el desvencijado vehículo. Para muchos, esa empresa es una trampa mortal y familiares de algunas de las víctimas proponen la construcción de un puente que reduzca los riesgos.

La leyenda de Christopher McCandless fue cimentada con el libro “Into the Wild” (“Hacia rutas salvajes” o “Camino salvaje” en español), del que se hicieron varias películas, incluida una dirigida por Sean Penn. Es una historia tan impactante que impulsa a la gente a hacer el mismo recorrido por el Stampade Trail, un sendero aislado y peligroso junto al Parque Nacional Denali, donde una gran cantidad de visitantes muere o tiene que ser rescatada.

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No hay señal telefónica, el clima es imprevisible y lo cruza el embravecido río Teklanika, que se desbordó en 1992 e impidió que McCandless pudiese buscar ayuda. El joven de 24 años murió de hambre en el bus donde se refugiaba.

Las familias de muchas de las personas que fallecieron siguiendo sus pasos quieren que se construya un puente para cruzar a pie sobre el Teklanika. La campaña la encabeza el viudo de una mujer de bielorrusa de 24 años que murió el año pasado tratando de llegar al bus. Se habían casado hacía poco.

“La gente sigue viniendo a pesar de los numerosos accidentes que ha habido”, dijo Piotr Markelau, quien estaba con su esposa Veramika Maikamava cuando ella fue arrastrada por las aguas del río. “Hacer que el cruce sea más fácil es una responsabilidad social. También es una forma constructiva y humana de aprender de la gente que falleció allí”.

Pero funcionarios de Denali Borough, sector de Healy distante unos 40 kilómetros (25 millas), temen que el puente genere una falsa impresión de seguridad.

“Lo único que haría es alentar a más gente para que venga aquí”, sostuvo el asambleísta de Denali Jeff Stenger, quien se opone a la idea y prefiere en cambio colocar carteles que adviertan sobre los peligros.

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El alcalde de Borough Clay Walker propone que el autobús sea trasladado a un sitio más seguro, del otro lado del río, con la ayuda de organismos federales y estatales.

“Este autobús es muy importante para mucha gente”, manifestó. “El reto que tenemos por delante es elaborar un plan que satisfaga a todos”.

Un puente no hubiera cambiado nada en el último rescate. Cinco turistas italianos, uno de ellos con los pies congelados, fueron rescatados el sábado tras visitar el desvencijado autobús. Hay otros peligros, incluidos un tiempo inclemente y un terreno escarpado. A menudo la gente no está preparada para semejante empresa.

El bus se encuentra en un terreno a poco menos de un kilómetro (media milla) del Parque Nacional Denali.

La gente con frecuencia atraviesa el parque para llegar al bus, que alguna vez alojó a trabajadores de la construcción que despejaron el sendero para que no se quedasen varados los camiones que transportaban mineral de hierro de una mina, de acuerdo con el libro. Tiene una estufa y literas. McCandless escribió sobre su vida allí durante 114 días, hasta su muerte.

Jon Krauker, autor de “Into the Wild”, dijo que se sentía “entristecido y horrorizado” por las muertes de gente que trata de cruzar el Teklanika. No le convence mucho la idea de construir un puente y tampoco la de trasladar el bus a otro sitio porque no cree que eso resuelva el problema.

“No sé qué se puede hacer respecto a estos ‘peregrinos’ que no están preparados, se meten en líos y mueren o deben ser rescatados”, expresó en un correo electrónico a la Associated Press. “No me opongo a que trasladen el bus o construyan un puente si esto va a resolver el problema. Pero me siento escéptico respecto a esas dos propuestas”.

Una hermana de McCandless coincide con él. Carine McCandless cree que, al margen de lo que se decida, la gente seguirá yendo al sitio donde falleció su hermano. Dice que todos los días recibe mensajes de gente de todo el mundo que se identifica con la historia de su hermano y comprende por qué siguen tratando de repetir su viaje.

“No siguen los pasos de Chris, sino que escriben su propia historia, por más que no lo entiendan en ese momento”, manifestó. “En cuanto al atractivo del bus, no es el bus lo que los llama. Si el bus fuese trasladado a otro sitio, pondrían alguna marca allí y seguirían yendo al sitio original”.

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