Italia se esforzaba el domingo para intentar detener los contagios de una nueva enfermedad viral en medio de un creciente número de infecciones en el país y un tercer fallecimiento, suspendiendo el Carnaval de Venecia, cancelando partidos de fútbol en el área afectada y cerrando teatros, incluyendo la legendaria La Scala de Milán.
Crecía también la preocupación en Europa, incluyendo la vecina Austria, que sopesaba cerrar sus fronteras si la crisis de salud empeora.
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El gobierno austriaco suspendió todo el tráfico ferroviario desde y hacia Italia el domingo por la noche tras surgir sospechas de que un tren en su frontera sur con Italia tenía a bordo a dos pasajeros posiblemente infectados con el virus, indicaron las autoridades. El Ministerio del Interior austriaco señaló que la compañía ferroviaria italiana le había informado que dos personas padecían fiebre, y detuvo el tren en el cruce del Paso Brenner antes de que pudiera ingresar a Austria.
El tren había partido de Venecia con dirección a Múnich en el sur de Alemania. La autoridad ferroviaria italiana indicó que de momento no había detalles adicionales.
El gobernador de la región del Véneto, Luca Zaia, anunció la decisión de cancelar el carnaval después de que se confirmó que el número de casos confirmados se disparó a 152, la mayor cantidad fuera de Asia.
“La orden es inmediata y entrará en vigor a la medianoche”, dijo Zaia, cuyo distrito incluye a Venecia, en donde miles de personas abarrotaron la Plaza de San Marcos. El carnaval iba a extenderse hasta el martes.
Se instalaron retenes carreteros en al menos 10 localidades en la región de Lombardía en el epicentro del brote, incluyendo uno en la localidad de Casalpusterlengo, para evitar que las personas entren o salgan del área. Incluso se prohibió que los trenes que transitaban por la zona se detuvieran.
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Autobuses, trenes y otros servicios de transporte público, incluyendo embarcaciones en Venecia, están siendo desinfectados, dijo Zaia a la prensa. También se ordenó el cierre de museos a partir del lunes en Venecia, que atrae un enorme flujo turístico todo el año, así como en la vecina Lombardía que, con al menos 100 casos confirmados, es el epicentro del brote.
Tres personas en Venecia han arrojado positivo a la enfermedad viral llamada COVID-19, todas cercanas a los 90 años de edad y hospitalizadas en estado crítico, indicaron las autoridades.
Otras regiones del norte de Italia con menor número de casos son Emilia-Romaña y Piedmont.
Los primeros dos casos en Italia fueron de una pareja de turistas chinos, quienes fueron diagnosticados a principios del mes y se recuperan en un hospital de Roma, según reportes.
El fallecimiento el domingo de una anciana, quien ya padecía de cáncer al momento de contagiarse del virus, aumentó a tres el número de muertos en el país, dijo Giulio Gallera, funcionario regional de Lombardía.