BEIJING — Las autoridades sanitarias japonesas confirmaron 10 casos más de un nuevo virus en uno de los dos cruceros que están en cuarentena con unos 5.400 pasajeros y tripulantes. China informó de 73 nuevas muertes y anunció que un primer grupo de pacientes empezaría a tomar un nuevo fármaco antiviral.
Los barcos aislados en Japón y Hong Kong se han visto envueltos en una emergencia sanitaria global que parece empeorar cada día.
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En la ciudad portuaria de Yokohama, a las afueras de Tokio, trabajadores sanitarios confirmaron que 10 personas a bordo del Diamond Princess sufrían el virus, además de los 10 que dieron positivo el miércoles. Los enfermos eran cuatro japoneses, dos estadounidenses, dos canadienses, un neozelandés y un taiwanés, la mayoría mayores de 60 años.
Los pacientes desembarcaron cuando el barco llegó a puerto y fueron trasladados a hospitales cercanos.
Las 3.700 personas que estaban a bordo afrontaban una cuarentena de dos semanas en sus camarotes.
También se hacían pruebas a las 3.600 personas a bordo del barco en Hong Kong, el World Dream, después de que se diagnosticara el virus a tres pasajeros de un viaje anterior. La asediada jefa del gobierno hongkonés, Carrie Lam, anunció el cierre de dos terminales, incluida una donde está el barco en cuarentena.
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, solicitó 675 millones para ayudar a los países a atender la propagación prevista del virus. Reconoció que se trata de mucho dinero, pero dijo en un informe de prensa que “es mucho menos que los costos que enfrentaremos si no invertimos ahora en los preparativos”.
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Tedros dijo que, en las últimas 24 horas, la agencia ha registrado su mayor incremento de casos desde el inicio de la epidemia. Según las cifras más recientes difundidas el jueves, el número de casos confirmados aumentó en 3.694 para un total de 28.018, y el de fallecidos alcanzó las 563 personas. El número de pacientes “curados y dados de alta” era de 1.153.
Fuera de la China continental se confirmaron al menos 240 casos, incluidos dos muertos, uno en Hong Kong y otro en Filipinas.
Las autoridades chinas autorizaron las pruebas clínicas del antiviral Remdesivir y se esperaba que el primer grupo de pacientes empezara a tomar el fármaco el jueves, según la agencia oficial de noticias Xinhua. Las acciones del fabricante del fármaco, la empresa estadounidense de biotecnología Gilead Sciences Inc., subieron al conocerse la noticia.
Un responsable sanitario en Tailandia señaló que “en este momento no hay una vacuna ni un tratamiento específico, pero hay varios regímenes” en pruebas.
Los antivirales y otros medicamentos pueden reducir la gravedad de los efectos de un virus, pero “por ahora, ningún antiviral ha demostrado ser eficaz”, explicó Thanarak Plipat, médico y subdirector general del Departamento de Control de Enfermedades del Ministerio tailandés de Salud.
China ha defendido tajantemente sus medidas para el control de la epidemia y llamó a otros países a no exagerar en sus respuestas. Las naciones “pueden evaluar la situación de la epidemia en forma objetiva, justa, calmada y racional, respetar las recomendaciones autoritativas y profesionales de la OMS, entender y apoyar las labores de control de epidemias de China”, dijo la portavoz del ministerio del Exterior Hua Chenying en una conferencia de prensa por internet. “El miedo es peor que cualquier virus”.
Mientras miles de trabajadores de hospitales en Hong Kong hacían huelga para exigir el cierre total de su frontera con China continental, la ciudad anunció que todas las personas que ingresen desde China, incluyendo a residentes de Hong Kong, debían permanecer en cuarentena durante 14 días.
Por su parte, Arabia Saudí prohibió el jueves a sus ciudadanos y residentes viajar a China durante el brote. Los que incumplan la orden no podrán regresar al país, señaló el Directorio General de Pasaportes del reino.