WASHINGTON — El presidente Donald Trump firmó el miércoles un pacto que reescribió las reglas del comercio con México y Canadá, asegurando que reemplaza la “pesadilla” de un acuerdo que data de la era de Bill Clinton y que mantendrá los empleos, la riqueza y el crecimiento en Estados Unidos.
Trump hizo de la renegociación del antiguo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) una prioridad durante su campaña de 2016, aunque los expertos en comercio dicen que será modesto el impacto del nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
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“Este es un acuerdo de vanguardia que protege, defiende y sirve al gran pueblo de nuestro país”, dijo Trump en una ceremonia de firma al aire libre en la Casa Blanca, donde la lista de invitados incluía a más de 70 miembros republicanos del Congreso, pero a ningún legislador demócrata.
“Juntos estamos construyendo un glorioso futuro que se levanta, crece, se construye y se hace aquí mismo en el glorioso Estados Unidos”, agregó. Trump habló cuando faltan 10 meses para las elecciones en las que busca reelegirse y mientras él está siendo sujeto de un juicio político.
Canadá y México son los dos principales mercados de exportación de los bienes estadounidenses. Se espera que el nuevo pacto, junto con la firma de un acuerdo de “Fase Uno” con China, reduzca las tensiones comerciales que contribuyeron a frenar el crecimiento económico a nivel mundial.
Los gobiernos de Estados Unidos, México y Canadá firmaron el acuerdo a finales de 2018. La legislación que lo implementa recibió un apoyo abrumador y bipartidista en el Congreso después de varios meses de negociaciones entre los legisladores demócratas y el gobierno de Trump.
El TLCAN, que entró en vigencia en 1994, derribó las barreras comerciales entre los tres países de América del Norte y el comercio entre ellos aumentó, pero Trump y otros críticos dijeron que el TLCAN alentó a las fábricas a abandonar Estados Unidos y reubicarse en México para aprovechar la mano de obra con salarios más bajos.
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Trump amenazó con abandonar el TLCAN si no podía obtener un mejor trato comercial para Estados Unidos, creando incertidumbre sobre el comercio regional.
El negociador comercial estadounidense, Robert Lighthizer, presionó por un pacto renovado que traiga empleos fabriles a Estados Unidos. El nuevo acuerdo requiere que los fabricantes de automóviles obtengan el 75% de su contenido de producción (en comparación con el 62,5% en el TLCAN) de América del Norte para calificar para los beneficios libres de impuestos del pacto. Eso significa que debe haber más contenido del auto que se haya fabricado en alguno de los tres países de América del Norte, en lugar de partes importadas de sitios más baratos como China y de otros lugares.
El T-MEC estipula que al menos el 40% de los vehículos también tendrían que originarse en lugares donde los trabajadores ganen al menos 16 dólares por hora. Eso beneficiaría a Estados Unidos y Canadá, no a México, donde a los trabajadores de ensamblaje de automóviles se les paga una fracción de esa cantidad.