El presidente Donald Trump develó el martes su largamente esperado plan de paz para el Medio Oriente, en el que pide la creación de un estado palestino con partes de Jerusalén como capital. Afirmó que su proyecto es una oportunidad en la que “todos ganan”.
Al promover la creación de un Estado de Palestina, el gobierno de Trump puso fin a las conjeturas de que su plan trazado sin pedir su opinión a líderes palestinos, había abandonado la llamada solución de dos estados.
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Trump, en un acto en la Casa Blanca acompañado por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, reconoció que ha apoyado desde hace mucho a Israel, pero afirmó que deseaba que esta iniciativa fuera también “un gran acuerdo para los palestinos”, para quienes deseaba que su plan fuera “una oportunidad histórica” para lograr un estado independiente propio.
La propuesta duplica con creces el territorio que actualmente está bajo control palestino, pero también reconoce la soberanía israelí sobre importantes bloques de asentamientos en Cisjordania, algo que los palestinos casi seguramente rechazarán. Los palestinos ya habían rechazado el plan de antemano, acusando a Trump de ser parcial a favor de Israel, pues ya ha adoptado políticas que refuerzan a Israel a su costa.
El plan contempla congelar por cuatro años la construcción de asentamientos judíos en Cisjordania, durante los cuales las partes negociarían un acuerdo global. Sin embargo, no queda claro si la suspensión quedaría en pie en caso de que pasen esos cuatro años sin acuerdo.
El texto de 50 páginas ofrece más concesiones a los palestinos de lo que se esperaba. Sin embargo, contiene condiciones que los palestinos ya se han negado a considerar, como aceptar los asentamientos judíos.
El plan se apoya en otro proyecto de estímulo económico para los territorios palestinos que fue develado en junio del año pasado y que los palestinos también rechazaron.
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Según la iniciativa _elaborada durante casi tres años por Jared Kushner, yerno y asesor de Trump_, habría un estado palestino en Cisjordania y la Franja de Gaza, que estarían vinculados mediante un sistema de puentes y túneles.
Tanto Netanyahu como su rival en las venideras elecciones, Benny Gantz, le han dado su visto bueno a la iniciativa.
El evento en la Casa Blanca ocurría en momentos en que el Senado de Estados Unidos realiza un juicio político a Trump y el Knéset (parlamento israelí) debate la posibilidad de retirarle a Netanyahu su inmunidad para que pueda ser procesado por cargos de corrupción.
Como parte de la campaña para las elecciones del 2 de marzo, Netanyahu había prometido anexarse partes de Cisjordania y otorgar soberanía israelí a todos los asentamientos allí.
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Fuentes estadounidenses que pidieron no ser identificadas dijeron que probablemente los palestinos, Turquía e Irán rechazarán la iniciativa, pero que probablemente la aceptarán Jordania y Egipto, los únicos dos países árabes que han firmado un tratado de paz con Israel.