El titular del Tribunal Supremo, John Roberts, tuvo que recordar a senadores, fiscales de la cámara baja y abogados defensores quién es el que manda en el juicio político al presidente Donald Trump.
Sucedió el miércoles a la 1 de la madrugada, luego de 12 horas de sesión y cuando la paciencia empezaba a agotarse.
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“Creo que conviene a esta altura que yo amoneste en los mismos términos a los fiscales de la cámara y los abogados del presidente para que recuerden que se encuentran ante el mayor organismo deliberativo del mundo”, dijo Roberts después de un tenso intercambio entre el presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos, el demócrata Jerrold Nadler, y los abogados del presidente, quien es republicano.
Roberts les pidió que “eviten hablar en una forma y utilizar un lenguaje no conducente al discurso civilizado”.
No aclaró el motivo de su declaración, que efectuó después de que Nadler dijo a los senadores que el voto contra la comparecencia de ciertos testigos era un “voto traicionero” y contra el país. La defensa de Trump replicó que era una vergüenza y que Nadler debía ofrecer disculpas al presidente y el pueblo.
La nueva función de Roberts como presidente del juicio se suma a sus tareas al frente de la Corte Suprema. El martes por la mañana vistió su toga negra para presidir dos sesiones en la Corte Suprema antes de cruzar la calle al Capitolio. Por eso no pudo asistir al almuerzo con sus colegas de la corte como se acostumbra después de las sesiones.
El miércoles debía regresar a la corte pocas horas después de la primera jornada del juicio, que finalizó a las 2 de la mañana.
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Momentos antes del final de la jornada, el líder de la mayoría en el Senado, el republicano Mitch McConnell, le dijo, “en nombre de todos nosotros, gracias por su paciencia”, y todos aplaudieron.
A lo largo de 14 años, Roberts se ha habituado a la función de titular de la corte, pero presidir el juicio al presidente es una función pública nueva para él. Roberts trabaja regularmente en sesiones que no se televisan como las del Senado.
Los colegas de Roberts deberán planificar un festejo teniendo en cuenta sus nuevas funciones. El titular de la Corte Suprema cumple 65 años el lunes, y es costumbre del alto tribunal reunirse todos para cantar “Happy Birthday” y brindar.
No se sabe si los senadores harán lo mismo.