El funcionario iraní que dirige la investigación sobre un avión ucraniano derribado por error por la Guardia Revolucionaria pareció cancelar el domingo los planes anteriores de enviar al extranjero las grabadoras del vuelo para su análisis, un día después de decir que se enviarían a Kiev.
“Las grabadoras de vuelo del Boeing ucraniano están en manos iraníes y no tenemos planes de enviarlas fuera”, dijo Hassan Rezaeifar, en declaraciones citadas por la agencia estatal de noticias IRNA.
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Irán está trabajando para recuperar las grabaciones de cabina y los datos de vuelo, señaló, y podría enviar los dispositivos, conocidos popularmente como cajas negras, a Ucrania o Francia, “pero por el momento no hemos tomado una decisión”.
La agencia de noticias semioficial Tasnim había citado el sábado al mismo funcionario diciendo que las cajas se enviarían a Ucrania, donde expertos ucranianos, franceses, estadounidenses y canadienses ayudarían a analizarlas. Irán había indicado antes que las cajas negras habían sufrido daños pero podían utilizarse.
En un primer momento no fue posible aclarar las versiones contrapuestas. Irán podría tener reparos a entregar los dispositivos por temor a que salgan a la luz más detalles sobre el suceso, incluidos los angustiosos 20 segundos entre los impactos del primer y el segundo misil tierra-aire contra la aeronave.
Las defensas antiaéreas de la Guardia derribaron el avión poco después de que despegara de Teherán el 8 de enero, matando a las 176 personas que iban a bordo. Horas antes, la Guardia había lanzado misiles balísticos a bases en Irak que alojaban tropas estadounidenses, en respuesta al ataque aéreo de Estados Unidos en Bagdad que había matado al general más importante de Irán. Las autoridades señalaron que militares de bajo rango confundieron el avión con un misil de crucero estadounidense.
Las autoridades iraníes dijeron en un principio que el siniestro se debía a un problema técnico e invitaron a los países que habían perdido ciudadanos a colaborar en la investigación. Tres días después, Irán admitió su responsabilidad después de que gobiernos occidentales dijeran que había sólidos indicios de que el avión había recibido el impacto de un misil tierra-aire.
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Entre las víctimas había 57 ciudadanos canadienses, así como 11 ucranianos, 17 suecos, cuatro afganos y cuatro británicos. La mayoría de los fallecidos eran iraníes. Los otros cinco países han exigido que Irán acepte plena responsabilidad por lo sucedido y pague compensaciones a las familias de las víctimas.
El avión era un Boeing 737-800 diseñado y construido en Estados Unidos. El motor del avión fue diseñado por CFM International, una empresa conjunta del grupo galo Safran y el estadounidense GE Aviation. Se ha invitado a investigadores de ambos países a participar en las pesquisas.