El Pentágono confirmó este martes que más de una decena de misiles balísticos impactaron en las últimas horas en dos bases aéreas que albergan tropas estadounidenses en Irak: Al Asad y Erbil. Aseguró que está claro que los cohetes “se lanzaron desde Irán” y aunque aún no se sabe si ha habido víctimas, precisó que el ataque, es una represalia de Irán por el asesinato por parte de EU del general Qasem Soleimaní la semana pasada.
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La base militar de Al Asad
En diciembre de 2018, Trump visitó junto a su esposa, Melania, la base aérea Al Asad, situada al oeste de Bagdad.
Horas antes de conocerse del ataque, el gobernante estadounidense había descartado que planee sacar próximamente a las tropas de Irak y retiró su amenaza de atacar objetivos culturales iraníes, al comprometerse a “obedecer las leyes” internacionales en ese sentido.
“En algún momento queremos salir (de Irak), pero este no es el momento adecuado”, subrayó Trump, al añadir que esa retirada “sería lo peor que le puede pasar a Irak” porque ampliaría la “presencia” de Irán en el país.
La base aérea de Erbil
Estados Unidos tiene entre cinco mil y seis mil militares en Irak, según distintas estimaciones, y el asesinato el pasado 3 de enero del general iraní Qasem Soleimaní en una operación del país en Bagdad ha aumentado la presión en el país árabe a favor de una retirada de las tropas internacionales.
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Según el Pentágono, en esas bases permanecen tropas estadounidenses y de la coalición. “Esas bases han estado en máxima alerta debido a las señales de que el régimen de iraní planeaba atacar nuestras fuerzas e intereses en la región”, añadió la declaración.
La Casa Blanca, por su parte, confirmó que el presidente estadounidense, Donald Trump, fue informado del ataque y que se mantiene en contacto con su equipo de seguridad nacional.