La televisión china decidió no transmitir el partido de la Liga Premier inglesa entre el Arsenal y Manchester City luego que Mesut Özil, mediocampista del club londinense, criticó las brutales medidas de Beijing contra los musulmanes en el país asiático.
Özil se sumó a la condena de la detención de más de un millón de uigures y otras minorías en los llamados “campamentos de reeducación” de la provincia de Xinjiang, en el noroeste de China, donde son sometidos a un adoctrinamiento político, actos de tortura, golpizas y privación de alimentos, así como una negativa a la libertad religiosa y lingüística.
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Una publicación en las redes sociales hecha por el futbolista alemán el viernes criticaba a China por quemar ejemplares de El Corán, cerrar mezquitas y asesinar a estudiosos religiosos. Özil se quejó de que “los musulmanes se quedan callados”.
La Asociación China de Fútbol expresó una “enorme indignación y decepción” sobre los comentarios de Özil, de acuerdo con el diario Global Times, que es publicado por el gobernante Partido Comunista.
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El gobierno chino utiliza cada vez más la amenaza de negar el acceso al creciente mercado del país como una herramienta para tratar de controlar lo que las empresas, universidades y otras entidades dicen o hacen en el extranjero sobre temas políticos.
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China es el mercado de transmisión en el extranjero más lucrativo de la Liga Premier, con los derechos vendidos por 700 millones de dólares para el ciclo de 2019 a 2022.
Por otro lado, el Arsenal se desvinculó de los comentarios de Özil en una publicación realizada en la red social china Weibo.
“El contenido expresado por él representa complemente la opinión personal de Ozil”, subrayó el equipo del norte de Londres. “Como club de fútbol, el Arsenal siempre respeta el principio de no involucrarse en asuntos políticos”.