CIUDAD DE MÉXICO – México celebra su fiesta del Día de los Muertos cerca de cumplirse el quinto centenario de la Conquista española. Fiel a las raíces de la festividad, el evento se convierte en una oportunidad de reflexión y reconciliación, en lugar de venganza.
A menudo malinterpretada como el equivalente mexicano del Halloween, la festividad de Día de los Muertos que se celebra el 1 y 2 de noviembre es una ocasión para recordar a los muertos, y no de temer su regreso o de revivir viejos odios.
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El aniversario de este año se presenta muy cerca de cumplirse los 500 años de un hecho sangriento: el 18 de octubre de 1519, cuando ocurrió la masacre de miles de indígenas en el centro ceremonial de Cholula, en el estado de Puebla, al este de la Ciudad de México.
Los asesinatos en Cholula fueron quizás la masacre de indígenas de mayor escala en la época y representaron el comienzo de una serie de matanzas en América que continuaría hasta principios de la década de 1900 y que casi exterminó algunos pueblos indígenas.
Aunque el presidente de México Andrés Manuel López Obrador ha pedido que España se disculpe por la conquista _ocurrida de 1519-1521, cuando Hernán Cortés venció al imperio azteca_, los mexicanos aprovecharon la oportunidad para recordar, reinterpretar y aprender lecciones del evento.
Este año, los bailarines indígenas quemaron incienso y realizaron danzas ceremoniales en el sitio donde se cree que ocurrió la matanza en Cholula, y dejaron ofrendas para 3.000 víctimas.
En un desfile de Día de Muertos en la Ciudad de México, la bailarina Madai Selbor se puso un penacho de plumas y se pintó el rostro como calavera para representar a La Malinche, la traductora indígena y amante de Cortés que desde hace tiempo ha sido considerada en México como “traidora”. Ahora, Malintzin _como también se le conoce_ recibe un trato nuevo, más profundo y matizado en las películas y programas de televisión que se estrenarán este año.
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“Es un personaje que ha sido muy castigada por la historia y cuando revisas su historia a lo largo de los años, te das cuenta de que verdaderamente es un ícono”, comentó Selbor. “Hay quienes hablan de ella como un ícono del feminismo, pero más bien yo la veo como un ícono de las alianzas, como un ícono de la negociación”.
La cronista de Cholula Refugio Gallegos apuntó que La Malinche y otros indígenas que ayudaron a Cortés representaron papeles clave en la masacre de la ciudad, que ocurrió semanas antes de que los españoles marcharan hacia lo que hoy en día es la Ciudad de México. Los españoles habrían sido recibidos por el emperador azteca Moctezuma y luego serían expulsados de la actual capital y no regresarían hasta 1521 para completar la conquista.
Cortés y sus 400 españoles habrían perdido si no hubiera sido por los miles de guerreros tlaxcaltecas que se aliaron con ellos para poner fin al yugo del imperio azteca.
“Una de las virtudes del ejército formado por indios y españoles fue aprovechar las rencillas que guardaban los distintos grupos con los aztecas”, quienes exigían tributos de vasallos, escribió Gallegos.
En el centro de todo esto estuvo La Malinche, que fungió como traductora de Cortés. Aunque los residentes de Cholula recibieron al principio a los españoles, temían que fuera una trampa. La Malinche escuchó unos supuestos planes para emboscar a los españoles y advirtió a Cortés.
“El papel de Malintzin en la toma de Cholula es crucial”, comentó el cronista.
Lo que hizo Cortés fue simplemente ordenar a sus hombres matar a todo aquel que encontraran en Cholula. En las propias palabras del español: “Dímosles tal mano que en dos horas murieron más de tres mil hombres”.
En su relato, Cortés señala que fue ayudado por unos 4.000 tlaxcaltecas, un grupo indígena que habitaba lo que hoy en día es el estado de Tlaxcala. Durante siglos, esa traición provocó frases como que todo fue culpa de ellos.
Pero de acuerdo con Gallegos, las ceremonias de este año que conmemoran el 500mo aniversario involucraron a todas las localidades que formaron parte de la ruta de Cortés hacia la Ciudad de México, uniéndose y olvidando viejos agravios.
“El evento que se llevó a cabo… tiene más un sentido de hermandad”, dijo. “Sabemos que en la época prehispánica no sucedió, había diferencias, pero en este momento… no hay traidores, no hay nada de eso”.