El conservador presidente argentino Mauricio Macri y su principal rival, el kirchnerista Alberto Fernández, depositaron su voto en las elecciones generales del domingo que transcurren en un escenario de descontento social a causa de la crisis económica y de fuerte polarización política.
Fernández, de 60 años, votó cerca del mediodía en la Universidad Católica Argentina, en Buenos Aires, mientras que el mandatario, de la misma edad, lo hizo poco tiempo después en una escuela de la capital. Ambos estuvieron arropados por decenas de simpatizantes que les manifestaron su respaldo.
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Macri, líder de Juntos por el Cambio, pelea por la reelección en un contexto de caída de la actividad económica e inflación y Fernández, quien es favorito en las encuestas como cabeza de la fórmula Frente de Todos, aspira a reemplazarlo en el poder con el apoyo de los votantes que desean la reinstalación de políticas que mejoren el bienestar social.
En las elecciones se elegirán presidente y vicepresidente, gobernadores de tres provincias, jefe de gobierno de Buenos Aires, 130 diputados nacionales, 24 senadores nacionales y alcaldes regionales.
La victoria de Fernández que vaticinan las encuestas supondría el regreso del kirchnerismo al poder. El candidato compite acompañado de la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), quien desistió de pelear por la presidencia y lo eligió como cabeza de la fórmula electoral.
Tras depositar su voto urnas, Fernández, vestido con traje y sin corbata, dijo a los periodistas que ésta es una jornada histórica y es necesario “iniciar el tiempo que se viene con tranquilidad, sabiendo que todos vamos a trabajar por un país mejor; se terminó el nosotros y ellos”.
Sobre la posibilidad de que en el día después a su eventual victoria se produzca una reacción negativa de los mercados -por temor a una reinstalación de políticas populistas-, el candidato señaló que Argentina sufre una “enorme crisis” y “todos” deben “tener mucha responsabilidad”.
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También tuvo palabras de recuerdo para el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007). “Ayer hablábamos con Cristina (Fernández de Kirchner) que justo hoy es el noveno aniversario de la falta de Néstor; lo quiero cada día más y estoy seguro que me está ayudando”, señaló el candidato, quien fue jefe de gabinete durante la presidencia de Kirchner y el primer mandato de su esposa y sucesora.
En tanto, Macri, que votó entre gritos de “sí se puede” de sus simpatizantes, celebró que haya una gran concurrencia de votantes y sobre todo “en el exterior”. El mandatario que aspira a cuatro años más de gobierno señaló que espera lograr “la confianza de los argentinos para construir la Argentina que soñamos” y pidió que “mañana, estemos tranquilos” porque el país “tiene un gran futuro por delante”.
Luego votó Fernández de Kirchner en la ciudad sureña de Río Gallegos, donde tiene una de sus residencias. La mandataria fue escueta y señaló a la prensa que este es un día “importante para la democracia, sobre todo para los que alguna vez no tuvimos esta maravilla de poder elegir”, en referencia a la última dictadura militar (1976-1983).
En las elecciones se elegirán presidente y vicepresidente, gobernadores de tres provincias, jefe de gobierno de Buenos Aires, 130 diputados nacionales, 24 senadores nacionales y alcaldes regionales.
Los centros habilitados para que 33,8 millones de argentinos expresen su voto abrieron sus puertas a las 8 de la mañana (1100 GMT) y tienen previsto cerrar a las 6 de la tarde (2100 GMT). Se esperan los primeros resultados oficiales a las 9 de la noche (0000 GMT).
En las elecciones compiten otros cuatro candidatos que representan a espacios que van desde la izquierda hasta la derecha y que tienen un apoyo muy limitado.
Para ser elegido presidente es necesario alcanzar al menos 50% de los votos o por lo menos 40% y una diferencia de diez puntos respecto al segundo candidato más votado.
Macri, bien visto por los mercados, Estados Unidos y otras potencias, afronta el veredicto de las urnas en medio del descontento social por sus promesas incumplidas de reducir la pobreza y la inflación y reactivar la economía.
La pobreza se incrementó en el primer semestre del año alcanzando al 35,4% de la población, el desempleo subió en el segundo trimestre al 10,6% y la inflación acumulada en los primeros nueve meses fue de 37,7%, según datos oficiales.
Varios votantes se acercaron en hora temprana a depositar su voto en las urnas instaladas en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario – unos 300 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Salvador Bartolone, de 59, dijo a The Associated Press que no tiene la seguridad de que el futuro presidente dé una “solución rápida, práctica y eficiente como que para que pocos años este país salga adelante” y se lamentó de las crisis recurrentes y que nunca haya “un avance”.
Las elecciones en Argentina tienen lugar en un contexto regional convulsionado por el estallido social en Chile, la crisis política en Bolivia y las recientes movilizaciones en Ecuador contra el aumento del combustible. Se celebrarán además de forma simultánea a las de Uruguay, donde la coalición oficialista de izquierda Frente Amplio no tiene asegurada su revalidación.
Las posibilidades de Macri de resultar reelecto recibieron un duro golpe el 11 de agosto en las elecciones primarias en las que obtuvo el segundo lugar, 15 puntos debajo de Fernández, cuya imagen de moderado dentro del kirchnerismo logró atraer el voto independiente y el de los desencantados con la gestión macrista.
El resultado profundizó una fuga de capitales y derrumbó el peso argentino por el temor de los inversores al regreso del populismo kirchnerista, lo que recalentó la inflación y agudizó la crisis social.
Aun así, la imagen de Fernández no se resintió, según las encuestas. Tampoco parece afectarle demasiado el recelo que provoca la exmandataria, quien afronta varias investigaciones judiciales y un juicio por supuesta corrupción cometida durante su gestión.