Los obispos católicos de la Amazonía propusieron que se permita que hombres casados sean ordenados sacerdotes para atender una escasez de clérigos en la región, una propuesta histórica que podría poner fin a siglos de tradición católica romana.
La mayoría de los 180 obispos de nueve países amazónicos también pidió el sábado que el Vaticano reabra un debate sobre la ordenación de mujeres como diáconas, argumentado que “es urgente que la Iglesia en la Amazonía promueva y otorgue ministerios a hombres y mujeres de forma equitativa”.
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Las propuestas forman parte de un documento final aprobado el sábado al culminar un sínodo de tres semanas en la Amazonía, que el papa Francisco convocó en 2017 para enfocar la atención en el rescate de la selva y atender mejor a sus pueblos indígenas.
La Iglesia católica, que incluye casi dos docenas de ritos distintos, de antemano permite sacerdotes casados en iglesias del Rito Oriental y en casos en que sacerdotes anglicanos casados se hayan convertido al catolicismo. Sin embargo, si Francisco acepta la propuesta sería la primera vez que esto sucede en la Iglesia del rito latino en un milenio.
No obstante, entre las propuestas aprobadas el sábado se prevé la creación de un “rito amazónico” que refleje la espiritualidad, culturas y necesidades únicas de la fe en la Amazonía, que enfrenta pobreza, explotación y violencia a causa de la deforestación y las industrias extractivas ilegales que están destruyendo la región.
Al término de la votación, Francisco dijo a los obispos que reanudará los trabajos de una comisión de 2016 que examinó el asunto de las diáconas. El papa señaló que tiene previsto evaluar las recomendaciones generales de los obispos y redactar él mismo un documento que esté listo para antes de fin de año y que determinará si los sacerdotes casados llegarán a ser una realidad en la Amazonía.
Algunos conservadores y tradicionalistas han advertido que cualquier apertura papal a aceptar a sacerdotes casados o a las mujeres como diáconas llevaría a la Iglesia a la ruina. Estos sectores han acusado a los organizadores del sínodo e incluso al papa mismo de herejía por incluso considerar la flexibilidad sobre el asunto del celibato obligatorio para los sacerdotes.
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Esos sectores hicieron patente su indignación esta semana cuando ladrones robaron de una iglesia en la zona del Vaticano tres estatuas indígenas que representaban a mujeres desnudas embarazadas y las arrojaron al río Tíber.
Las estatuas, que los conservadores describieron como ídolos paganos, fueron recuperadas indemnes por la policía de carabineros de Italia. Una estuvo en exhibición el sábado, cuando los obispos del sínodo sometieron a votación el documento final, el cual fue aprobado con el visto bueno para cada párrafo con la mayoría requerida de dos tercios.
Las propuestas más controvertidas en el sínodo correspondieron a permitir que hombres casados sean ordenados sacerdotes para enfrentar la escasez de curas que ha impedido a algunas de las comunidades más aisladas de la Amazonía tener una celebración adecuada de misas.