LA HABANA (AP) — El gobierno del presidente Donald Trump prohibirá todos los vuelos desde Estados Unidos hacia destinos en Cuba, con excepción de La Habana, dijeron el viernes dos personas familiarizadas con el tema.
Se trata de una nueva medida para dar marcha atrás al acercamiento entre Estados Unidos y Cuba promovido en el gobierno del presidente Barack Obama.
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El Departamento de Transporte anunciará que los vuelos de las aerolíneas JetBlue y American Airlines a Santa Clara, en el centro de Cuba, y a Holguín y Camagüey, en el oriente de la isla, estarán prohibidos a partir de diciembre, indicaron las personas.
Los vuelos hacia La Habana representan la gran mayoría de los vuelos desde Estados Unidos hacia Cuba, seguirán siendo legales. Las aerolíneas estadounidenses actualmente no tienen servicio a otros destinos que se prohibieron, como la turística playa Varadero.
El motivo declarado para tomar la medida es evitar que haya turismo estadounidense a Cuba, algo que está prohibido en Estados Unidos. Sin embargo, no está claro cuántas personas toman esos vuelos con fines turísticos. Muchos son utilizados por cubanoestadounidenses que visitan a sus parientes en ciudades a las que es difícil llegar por tierra desde La Habana.
“Planeamos operar en cumplimento total con la nueva política en relación al servicio aéreo programado entre Estados Unidos y Cuba”, dijo JetBlue en un comunicado. “Comenzaremos a trabajar con nuestros varios socios del gobierno y comerciales para comprender el impacto completo que este cambio tendrá en nuestros clientes y operaciones en Camagüey, Holguín y Santa Clara”.
American Airlines dijo que analizaba la decisión de Estados Unidos. “Seguiremos apegándonos a la ley federal, trabajando con la administración, y actualizando nuestras políticas y procedimientos en relación a los viajes a Cuba según sea necesario”, dijo la compañía en un comunicado.
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En meses recientes, el gobierno de Trump continuamente ha endurecido el embargo a Cuba (implementado hace seis décadas) con el objetivo declarado de reducir los ingresos del gobierno cubano y obligarlo a cortar lazos con Venezuela, y de que confiera más derechos humanos a los cubanos. Washington prohibió que cruceros estadounidenses visitaran Cuba, sancionó a buques petroleros que trasladaban petróleo de Venezuela a Cuba y permitió demandas contra compañías foráneas por beneficiarse del uso de propiedades confiscadas a estadounidenses o cubanos que después obtuvieron la ciudadanía estadounidense.
Las medidas han contribuido a la escasez crónica de divisas para el gobierno cubano, y se les atribuyó la escasez de combustible durante varias semanas en la isla, pero hasta ahora no hay indicios de que la política de Trump tenga el resultado esperado. Los servicios de seguridad de Cuba continúan con la detención y hostigamiento a disidentes, y los grupos defensores de derechos humanos dicen que la libertad de expresión, de reunión y otros derechos siguen muy restringidos.
Los gobiernos cubano y venezolano siguen alineados y ambos han declarado su intención de estrechar aún más sus lazos ante las medidas de Trump.