Miembros de distintos sectores de la Universidad de Puerto Rico (UPR) alertaron ayer sobre lo que consideran que son tácticas divisivas de la administración, que ha planteado públicamente que, para cumplir con sus aportaciones al Sistema de Retiro, se vería obligada a considerar alternativas como el cierre de recintos.
“Es un chantaje para poner a la gente a la defensiva y para que acepten cualquier cosa que les ofrezcan ante la amenaza de cerrar recintos”, alegó Diana Rivera, del comité de jubilados de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios.
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El colectivo, junto a otros grupos, protagonizaron un piquete frente a las oficinas de Administración Central de la UPR, que llegó paralizar el tránsito en la carretera #1.
“Están tratando de polarizar a los (empleados) activos y los retirados, cuyos intereses podrían ser contradictorios”, dijo David Muñoz, líder del Sindicato de Trabajadores de la UPR.
La presidenta de la Hermandad de Empleados Exentos no Docentes, Jannell Santana, censuró que el llamado contra los recortes que realizó el presidente universitario Jorge Haddock la semana pasada llegó luego de que la institución perdiera más de $330 millones en dos años. Además, mencionó que, de la Junta de Gobierno, presidida por Walter Alomar, “no se ha sabido nada”.