Con flores blancas sobre su féretro y otras de vivos colores a su alrededor, música clásica y un desfile incesante de cubanos, el sábado se rindió homenaje a la “prima ballerina assoluta” Alicia Alonso.
Los restos mortales de la artista, que falleció el jueves a los 98 años, fueron instalados en el foyer del Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”, una edificación neobarroca de majestuosas columnas y escaleras revestidas de mármol que funciona como sede del Ballet Nacional de Cuba (BNC).
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“Para cada cubano esta es una pérdida irreparable”, dijo Cristina Reyes, una empleada estatal de 58 años que acudió a darle el adiós a la bailarina, a The Associated Press. “Alicia ha sido para nosotros inspiración de la mujer cubana por todo lo que logró en su vida personal y profesional… ella siempre se entregó”.
Visiblemente conmocionada, Reyes hizo una cola junto a miles de personas pasaban lentamente de una en una por una puerta lateral hasta acercarse al féretro.
Una firme simpatizante de la revolución, Alonso tuvo un fuerte apoyo del Estado cubano. Logró que el ballet _un arte considerado de elite en otros lugares_ se volviera algo cotidiano para el público en general, que la reconocía como un ícono y llenaba las funciones que organizaba la compañía bajo su férreo mando.
Para muchos era solo “Alicia”, sin apellido, siguiendo la costumbre cubana de llamar por sus nombres de pila a los líderes de diferentes esferas a fin de volverlos cercanos.
Los principales funcionarios de cultura e intelectuales también se acudieron a despedirse de Alonso y saludaron a su viudo, el crítico Pedro Simón.
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“Es mi madre. Lo que vuelvo a sentir es eso, perdí a la mía y a ella, la segunda. El dolor es casi físico”, comentó a la AP por su parte Salvador Fernández, el escenógrafo principal del BNC y un cercano colaborador de Alonso en sus producciones y en la dirección de la institución de la danza. “Ella me enseñó a entender el teatro, ella daba, no se quedaba con nada”.
Bailarines de todas las edades, sus discípulos, llegaron también a honrar la memoria de Alonso _que logró convertir Cuba en una potencia de la danza clásica al preparar a centenares de alumnos que hoy conforman las principales compañías del mundo. Una guardia de jóvenes estudiantes de danza de diferentes compañías de La Habana acompañó el féretro en el foyer que estuvo presidido por una bandera cubana.
“Una de las formas más importantes de ver su legado es la continuidad. Ella no hubiera querido que terminara aquí y es un deber y con compromiso mío, una gran responsabilidad esa continuidad, porque el ballet ha logrado llegar a sus 71 años con una calidad técnica artística y un reconocimiento internacional que es lo que se debe seguir preservando”, manifestó a la AP Viengsay Valdés, primera bailarina y que desde hace algunos meses asumió la dirección del BNC ante el notable deterioro físico de Alonso.
Al igual que su maestra, Valdés es considerada entre las mejores bailarinas del mundo.
Entre los mensaje de quienes fueron sus alumnos estuvo el del destacado bailarín Victor Gili _hijo de la maitre Josefina Méndez, también gran discípula de Alonso_ y quien forma parte del ballet de Puerto Rico.
“Gracias por todo, por lo bueno, lo malo, por las felicitaciones, por las peleas, por los regaños, por los elogios, por la confianza, por las dudas, por las enseñanzas, por tu ejemplo, por tu fuerza, por tu danza, por tu sabiduría, por tu magisterio, por tu disciplina, por tu voluntad, por tu amor, por tu arte, por tu visión más allá de tu vista”, escribió Gili en Facebook.
Alonso ganó fama de intransigente con sus alumnos en el arte como en sus ideas de apoyo a la revolución y se ganó muchos detractores entre sus alumnos y críticos.
Las expresiones de dolor llegaron no solo de sus discípulos en el mundo, sino de otras grandes personalidades.
“Consiguió bailar en la oscuridad, levantar la mejor compañía de danza con poquísimos medios… fue una artista de raza, de esas que no se olvidan nunca porque ya son historia mucho antes de abandonarnos sobre la fría tierra”, dijo en redes sociales la cantante de ópera española Teresa Berganza.
Igual sentimiento de solidaridad expresó Plácido Domingo.
Otros mensajes llegaron desde Rusia, Inglaterra, Estados Unidos, México, España y hasta la UNESCO.
Nacida el 21 de diciembre de 1920 en La Habana, Alonso inició su formación artística en 1931 en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical y poco después viajó a Estados Unidos _donde continúo su preparación con Enrico Zanfretta, Alexandra Fedórova y varios profesores de la School of American Ballet.
Originalmente se llamaba Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez, pero en 1936 se casó con su colega Fernando Alonso y conservó por siempre el apellido, incluso luego de separarse de él.
En las décadas de 1930 y 1940 brilló en la American Ballet Caravan, predecesora del actual New York City Ballet, y el Ballet Theatre of New York cuando éste fue fundado un año después. También en el American Ballet Theatre y de allí en adelante su carrera no tuvo límites hasta la fundación del BNC y la escuela cubana.