WASHINGTON – Científicos descubrieron una mezcla de dos temidos desastres _ huracanes y terremotos _ que puede durar días y sentirse como un sismo de magnitud 3,5.
La sacudida del suelo marino durante huracanes y otras tormentas fuertes puede sentirse como un estruendoso sismo y puede durar días, de acuerdo con un estudio en la edición de esta semana de la revista Geophysical Research Letters. Los sismos son comunes, pero no fueron notados antes porque eran considerados ruido de trasfondo.
PUBLICIDAD
El fenómeno es más extraño que peligroso, porque nadie está en el fondo del mar cuando ocurre un huracán, dijo Wenyuan Fan, sismólogo de la Universidad de Florida que fue el principal autor del estudio.
“Es lo último de lo que tendrías que preocuparte”, le dijo Fan a The Associated Press.
Las tormentas desatan enormes olas en el mar, lo que causa otro tipo de ola. Esas olas secundarias interactúan entonces con el suelo marino _pero sólo en ciertas partes _ y eso provoca las sacudidas, dijo Fan. Solamente sucede en lugares donde existe una plataforma continental grande y tierra llana de poca profundidad.
El equipo de Fan detectó 14.077 de esos sismos-tormentas entre septiembre del 2006 y febrero del 2015 en el Golfo de México y frente a Florida, Nueva Inglaterra, Nueva Escocia, Terra Nova, Labrador y Columbia Británica. Un sensor especial de uso militar es necesario para detectarlos, dijo Fan.
El huracán Ike en el 2008 y el huracán Irene en el 2011 desataron numerosos fenómenos de ese tipo, dice el estudio.
PUBLICIDAD
La sacudida crea una ola que los sismólogos no buscan cuando monitorean sismos, lo que explica por qué no han sido notadas hasta ahora, dice Fan.
Las olas sísmicas generadas por el océano se registran en los instrumentos del Servicio Geológico de Estados Unidos, “pero en nuestra misión de buscar terremotos esas olas eran consideradas ruido de trasfondo”, dijo el sismólogo Paul Earle.
El estudio tiene sentido y es interesante, porque examina una frecuencia de ondas que los científicos no han estudiado mucho, dijo la profesora de geofísica Lucia Gualteri, de la Universidad de Stanford.