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Gobierno reconoce que el vapeo está accesible a menores

Más del 20 % de los menores en Puerto Rico ha vapeado, mientras experta asegura que resulta más difícil dejar la adicción a la nicotina con el uso de cigarrillos electrónicos

Un hombre fuma con un cigarrillo electrónico en Chicago, el 23 de abril de 2014. (AP Photo/Nam Y. Huh, File) (Nam Y. Huh/AP)

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A pesar de que Puerto Rico cuenta con una de las leyes más robustas y abarcadoras del hemisferio contra el uso del tabaco y cigarrillos electrónicos, más del 20 % de los jóvenes estudiantes entre séptimo y cuarto año han practicado el vaping.

Así lo revelan los resultados preliminares de la más recientes Consulta Juvenil, encuesta que se realiza de forma bianual para conocer el uso de sustancias entre adolescentes, dijo en una ponencia ante la Legislatura la directora de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), Suzanne Roig.

En el documento se informa que la prevalencia de cigarrillos electrónicos en jóvenes de 7.o a 12.o grado apunta a que, aproximadamente, el 22.7 % lo ha utilizado alguna vez en la vida, lo que representa 43,546 jóvenes. Además, 14.2 % reportó haber vapeado con marihuana, lo que representa 27,913 menores de edad en la isla.

Sin embargo, el Departamento de Salud reportó que para 2017, la Encuesta Juvenil de Factores de Riesgo concluyó que, en Puerto Rico, un promedio de 5.1 % de los estudiantes de escuela superior reportaron que utilizaban cigarrillos electrónicos. Los varones representan un 6.2 %, mientras que las féminas, 4.1 %.

Las cifras surgen en medio de una investigación de la Comisión cameral de Salud sobre el vapeo en Puerto Rico, ante las doce muertes y más de 800 casos de enfermedades que podrían estar asociadas, reportados en Estados Unidos. En los informes del Centro para el Control de Enfermedades (CDC, siglas en inglés), se detalla que 16 % de los casos son menores de 18 años.

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La ASSMCA informó que desde 2017 realiza talleres en escuelas públicas y privadas para alertar sobre las consecuencias del vapeo y los cartuchos de relleno que contienen nicotina, sustancia altamente adictiva.

En cuanto a las violaciones de comercios en vender productos con tabaco a menores de edad, ASSMCA realiza un estudio anual que reveló que, en 2017, se presentó un 20 % de incumplimiento, mientras que en 2018 se presentó un 10 %.

Según la investigadora en factores de riesgo de fumar del Centro de Cáncer, Elba Díaz,  Puerto Rico cuenta con una de las leyes más abarcadoras en el tema del tabaco, lo que debería representar un beneficio para la salud pública. “Las leyes en Puerto Rico sobre tabaco, en específico, no son solamente para el uso de tabaco, sino para cualquier cosa que se fuma. Eso es bien importante porque cualquier cosa que se fuma o vaporiza afecta a las otras personas que no lo están haciendo a su alrededor”, manifestó Díaz en entrevista con Metro. Destacó que cuando se hizo la ley de no fumar, “fue innovadora en el mundo entero porque la enfocamos en smoke free work places, donde si había una sola persona, entonces no se podía fumar y eso nos ayudaba a que la aplicabilidad de la ley fuera mucho más amplia”. Por ejemplo, en lugares como una piscina de un hotel, aunque es un espacio abierto, no se puede fumar porque hay empleados.

“Así de estricta es nuestra ley, que no todo el mundo entienda que es así, pero eso es lo que dice la ley”, manifestó la oncóloga al mencionar como ejemplo tener empleados en la propia residencia de un fumador, ya entonces no se podría fumar.

Ante la controversia con el vapeo, la especialista en tratamientos para cesar de fumar enfatizó que “es importantísimo que la gente entienda que cambiar un cigarrillo por uno electrónico no es sinónimo de dejar de fumar y no es un tratamiento para dejar de fumar”. Explicó que, en los cigarrillos electrónicos, dependiendo de la marca, es la cantidad de miligramos que tiene, por lo que detalló que, en muchos casos, tienen más nicotina que un cigarrillo tradicional, y las personas terminan con una mayor tolerancia, pues comienzan a consumir más concentraciones de la que consumían con el cigarrillo. “Es bien difícil ayudar a una persona que está en vaping a dejar de fumar, porque yo no sé exactamente cuál es su tolerancia en miligramos de nicotina y la pasan mal porque les da withdrawal (detoxificación) igual que da con cualquier droga”, apuntó la experta.

Recordó que la nicotina es diez veces más adictiva que la cocaína y otras drogas. Entre los efectos del consumo de nicotina enumeró “el cerebro se vuelve un cerebro adicto como cualquier otro y empieza con comportamientos igual que cualquier adicto”. De hecho, lo que se logra con el tratamiento es dormir los neuroreceptores de nicotina, pero “si esa persona agarra otro cigarrillo, enciende los neuroreceptores y vuelven a pedir nicotina”.

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