LESBOS, Grecia (AP) — Las autoridades en la isla griega de Lesbos reabrieron parcialmente el campamento de refugiados más grande del país para los migrantes que recién llegan a pesar de la grave sobresaturación.
El campo de Moria se declaró “no operable” el viernes y se empezó a rechazar a los recién llegados después de que el número de personas en el sitio alcanzara los 12.000, cuatro veces su capacidad prevista.
PUBLICIDAD
Sin embargo, un funcionario dijo que otros 111 migrantes llegaron en cuatro barcos el lunes. El funcionario dijo que aproximadamente la mitad de quienes llegaron recibieron un espacio en el campo, mientras que el resto tendrá que buscar un lugar en donde dormir en carpas afuera del lugar.
El funcionario habló bajo condición de anonimato ya que no está autorizado para hablar con la prensa.
La decisión de permitir que algunos se quedaran en el campamento se tomó cuando los servicios municipales y de seguridad de la isla griega asistieron a una reunión de emergencia el lunes que duró varias horas.
Más de 2.300 migrantes llegaron a Lesbos la semana pasada, la mayor cantidad en este año, desencadenando una crisis antes de que los fuertes vientos del fin de semana desmotivaran a traficantes de personas en un estrecho angosto de mar entre Lesbos y Turquía.
El gobierno ha prometido reforzar las patrullas marítimas y señaló que buscaría más apoyo internacional, incluyendo recursos de la agencia europea de protección de fronteras, Frontex.
PUBLICIDAD
El ministro de Defensa, Nikos Panagiotopoulos, dijo durante el fin de semana que las fuerzas armadas griegas prestarán más apoyo a las patrullas en las costas de las islas, sin dar más detalles.
“Nuestras acciones deben planificarse para que nuestros ojos y oídos en el Mar Egeo, el personal y los mecanismos de vigilancia cooperen más intensamente para endurecer la vigilancia y la posible disuasión”, dijo.
Estaba previsto que el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, abordara la crisis en reuniones esta semana con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en reuniones paralelas a la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.
