Cuando Lily Mae Avant comenzó a sufrir fiebre y dolor de cabeza sus papás pensaron que se podría tratar de un resfrío común, pero “sentían” que “algo no estaba del todo bien”.
La menor fue llevada al doctor y le recetaron ibuprofeno, además de reposo y consumo de líquidos.
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Días después, la mama de Lily escuchó ruidos “extraños” en la pieza de su hija y pensó que podía estar teniendo una pesadilla, pero cuando entró en la habitación se espantó con el estado de la niña.
“Estaba incoherente y no respondía”, por lo que de inmediato la llevaron a urgencias y luego fue derivada al Cook Children’s Medical Center, donde luego de una serie de exámenes se determinó que la menor contrajo la ameba Naegleria fowleri, que se conoce coloquialmente como la ameba come cerebros.
Lily había estado nadando días atrás en un río y los doctores creen que ahí contrajo la ameba, señala New York Post.
“Es la peor pesadilla de cualquier padre”, dijo una tía de la menor.
La niña lucha por su vida y afortunadamente en el centro asistencial tenían los medicamentos adecuados para iniciar el tratamiento.