NUEVA YORK — Los estadounidenses conmemoraban el miércoles 18 años de los atentados terroristas con ceremonias, voluntariado, exhortos a “nunca olvidar” y llamados de atención al creciente número de socorristas que han muerto o enfermado tras los ataques terroristas.
Se prevé que muchos familiares de víctimas lleguen a la Zona Cero, y el presidente Donald Trump tiene programado participar en una conmemoración en el Pentágono. El vicepresidente Mike Pence va a dar un discurso en el lugar del tercer ataque, cerca de Shanksville, Pensilvania.
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Dieciocho años después de los ataques terroristas más mortales en territorio estadounidense, la nación sigue tratando de reponerse. Las secuelas de los atentados pueden notarse desde las inspecciones de seguridad en los aeropuertos hasta Afganistán, donde la invasión después del 11-S se ha tornado en la guerra más larga de Estados Unidos. Las negociaciones de paz entre Estados Unidos y el Talibán colapsaron en los últimos días.
“La gente dice, ’¿Por qué vienes aquí, año tras año?'”, dijo Chundera Epps, hermana de Christopher Epps, víctima del 11 de septiembre, el año pasado en una ceremonia en el Centro de Comercio Mundial. “Porque todavía siguen muriendo soldados por nuestra libertad. Hay socorristas que siguen muriendo y enfermándose”.
“No podemos olvidar. La vida no nos permitirá olvidar”, dijo.
Las ceremonias se enfocan en la conmemoración de las cerca de 3.000 personas que murieron cuando aviones secuestrados chocaron contra las Torres Gemelas, el Pentágono y un campo cerca de Shanksville el 11 de septiembre del 2001. Todos los nombres de esas víctimas son leídas en voz alta en una ceremonia en la Zona Cero, donde la hora exacta en que los aviones chocaron y las torres se desplomaron se recuerdan con momentos de silencio y toques de campanas.
Pero en los últimos años ha habido una creciente concientización sobre el sufrimiento de otro grupo de personas relacionada a la tragedia: los bomberos, policías y otros socorristas que murieron o se enfermaron tras estar expuestos a los escombros y toxinas en el aire de la zona.
Aunque continúa investigándose si esas enfermedades están ligadas a las toxinas del 11-S, un fondo de compensación para personas con problemas de salud potencialmente relacionados a los atentados ha entregado más de 5.500 millones de dólares hasta ahora. Más de 51.000 personas han solicitado compensación.