Aunque no lo creas, no sólo el frío puede afectar tu auto: también el calor puede dañarlo.
El problema aumenta cuando los propietarios ignoran qué aspectos de su auto deben revisar a fondo constantemente durante climas cálidos.
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Si bien los autos modernos estás diseñados para que las temperaturas extremas no los afecten, hay partes que pueden verse alteradas, como los líquidos, frenos, neumáticos, entre otros.
Qué partes del auto debo revisar
En primer instancia, es necesario supervisar los líquidos del coche, como el refrigerante, el aceite de motor y el combustible.
En el caso del refrigerante, si estuvo expuesto a temperaturas muy altas, algunas partes del motor pudieron haberse sobrecalentado.
Peor aún, si el vehículo se condujo a bajas velocidades, es más probable que se hayan producido fallas.
Esto se debe a que circula menos aire por el ventilador que enfríe el radiador.
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En el caso del aceite, éste se adelgazara en temperaturas elevadas, lo que reducirá su efectividad de proteger las partes del motor.
En estos casos, lo aconsejable es cambiarlo oportunamente.
Por último, en el caso del combustible, el calor ocasionará que se evapore más rápido y, por consiguiente, se consumirá más rápido.
¿La solución? Estacionar el vehículo en áreas techadas o sombreadas.
Frenos, neumáticos y batería
En el caso de los frenos, estos pueden sobrecalentarse con mayor facilidad. De esta manera, es importante supervisar que las distancias de frenado no se hayan incrementado.
Los neumáticos son los que tendríamos que tener mayor cuidado. Para empezar, el caucho puede desintegrarse, especialmente si la llanta no está debidamente inflada.
Sin embargo, con información de Express, conducir con neumáticos inflados a altas temperaturas puede aumentar las posibilidades de una explosión en un 60%.
Por otro lado, la batería del auto puede no estar generando suficiente energía con el calor.
Peor aún, esto puede empeorar si abusamos del aire acondicionado y otros sistemas eléctricos.
Lo que nos lleva al último punto. Es indispensable dar mantenimiento periódico al sistema del aire acondicionado, no sólo para evitar obstrucción, ¡sino para prevenir enfermedades!