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Grandes problemas y pocas expectativas en cumbre del G7

Líderes del G7 se encuentran bajo intensa presión en sus países

BIARRITZ, Francia — La economía mundial es cada día menos estable, la Amazonia arde en llamas hasta convertirse en el punto focal del debate del cambio climático, y los líderes de las principales economías del mundo se reunirán frente a una mesa con la misión, en teoría, de encontrar solución a los mayores problemas del planeta.

Excepto que el presidente de Estados Unidos Donald Trump está sumamente desinteresado en concretar acuerdos internacionales, y otros líderes del G7 se encuentran bajo intensa presión en sus países, asediados por escándalos políticos, bajos índices de aceptación e inestabilidad. Bienvenidos a la cumbre anual del Grupo de los Siete, que inicia el sábado en la localidad costera de Biarritz, en el sur de Francia.

El mandatario francés Emmanuel Macron, el anfitrión, ya ha dejado en claro sus bajas expectativas de que Trump se integre a cualquier comunicado sobre combate al cambio climático, incluso cuando el tema encabeza la agenda debido a los enormes incendios en el Amazonas. Ya rechazó la solicitud de Trump de permitirle el reingreso de Rusia al grupo cinco años después de ser expulsado por la anexión de Crimea. Además, intenta mantener unido el frente europeo respecto al acuerdo nuclear con Irán ante las objeciones de Estados Unidos.

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Macron colocó de manera súbita en la agenda los incendios en el Amazonas y amenazó con bloquear un acuerdo comercial de la Unión Europea con varios países sudamericanos, incluyendo Brasil. Irlanda se unió a la amenaza. La canciller alemana Angela Merkel no estuvo de acuerdo y su oficina declaró el sábado que bloquear el pacto con el Mercosur no reducirá la destrucción de la selva brasileña.

“La situación es complicada porque en temas como el comercio, Irán o el clima, por primera vez en mucho tiempo los siete no tenemos una postura unánime”, dijo Macron a la prensa a inicios de semana. “Es por eso que quería evitar declaraciones sin sentido. A pesar de ello, creo que esta labor es indispensable porque debemos tener un intercambio con Estados Unidos, porque debemos encontrar puntos en común, porque creo que a todos nos conviene reconstruir una coordinación”.

Trump abandonó prematuramente la cumbre el año pasado y arremetió contra el comunicado final a través de un tuit enviado desde el avión presidencial. Este año no habrá un comunicado final, declaró Macron.

En su discurso semanal, transmitido el sábado, Merkel no habló de la discordia.

“Hablar entre sí siempre es mejor que hablar el uno del otro — y el G7 es una excelente oportunidad para hacerlo”.

Las bajas expectativas no son nada nuevo para el G7, pero este año la intención parece ser únicamente la de evitar una catástrofe diplomática, rescatar lo más que se pueda, y demostrarles a sus votantes que sus líderes tienen un papel en el escenario mundial.

“Cuando se tiene a una figura cuyas posturas, cuyos caprichos, cuyos intereses cambian de manera súbita, es imposible planear una política coordinada. Creo que lo que estamos viendo es que la mayoría de los países solo intentan aguantar a que esto pase. No habrá avances en las cosas que son realmente importantes”, dijo Tristen Naylor, investigador especializado en cumbres internacionales.

“No habrá grandes medidas contra el cambio climático como un frente unido de siete naciones. No habrá progreso en lo referente a la eliminación de barreras comerciales proteccionistas. Simplemente no sucederá. Así que lo mejor que pueden hacer es evitar que la situación empeore. Creo que ese sería el éxito de esta cumbre”, declaró Naylor.

Todas las miradas se centrarán en la dinámica entre Trump y el primer ministro británico Boris Johnson, dos protagonistas a los que disfrutan de la imprevisibilidad que han creado. Merkel está por terminar su mandato. El líder canadiense Justin Trudeau busca la reelección este año en medio de un escándalo político. Y el mismo Macron es sumamente impopular en Francia, en donde los manifestantes de los chalecos amarillos que lo han asediado desde el año pasado, lo siguieron hasta Biarritz.

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