El Departamento de Educación (DE) ha mantenido desde 2011 múltiples contratos con la empresa Iniciativa para el Desarrollo Educativo y de Aprendizaje, que ofrece servicios educativos y de tutorías a estudiantes de escuelas públicas. Esa compañía pertenece al esposo de la presidenta de la Asociación de Maestros, Aida Díaz.
En el portal de la Oficina de la Contraloría se registran un total de doce contratos entre el DE y la entidad, dirigida por Eusebio Rodríguez, esposo de la líder sindical. Al sumarlos todos, en ocho años, los contratos alcanzan un total de $4.7 millones pagados con fondos federales bajo el Título IV, Parte B, con el propósito de proveer oportunidades a las comunidades de establecer y expandir actividades en los centros de enseñanza comunitaria.
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De acuerdo con los documentos, las contrataciones surgen tras publicaciones de solicitudes de propuestas (RFP, siglas en inglés) para ofrecer servicios de tutorías y actividades complementarias a estudiantes, en horario extendido. Esto, en busca de mejorar el aprovechamiento académico de los y las estudiantes. Los contratos estipulan, además, servicios en verano y orientaciones a padres, familiares y comunidad. A lo largo de los años varían las materias y la cantidad de estudiantes atendidos, que pueden ir desde 60 hasta 175 alumnos, así como detalles de las tareas a realizar.
El contrato más reciente fue por la cantidad de $255,536, por seis meses, del 11 de enero al 16 de julio de este año. Lo firmó la entonces secretaria, Julia Keleher, bajo la propuesta Alcanzando Mi Futuro. Este era para atender a 96 estudiantes de primero a quinto grado en las materias de Español y Matemáticas, integrando las bellas artes, Educación Física y tecnología.
Metro intentó obtener detalles del DE sobre si evalúan adjudicar un nuevo contrato, pero al cierre de esta edición no se había obtenido respuesta.
Al confirmar que Rodríguez es su esposo, la presidenta de la Asociación de Maestros expuso: “No sé a cuánto ascienden ni mucho menos. Él tiene unas escuelas que ha estado trabajando con ellas afterschool, pero ese es su negocio. Él es maestro retirado, era dueño de un colegio y tiene sus contratos”.
Díaz descartó que se trate de un conflicto de intereses al asegurar que no interviene e, incluso, desconoce sobre los negocios de su pareja. “Si me preguntas por esa compañía, yo no sé ni quién trabaja ahí. Él tiene sus negocios y yo tengo mi trabajo”, alegó la líder sindical, al explicar que Rodríguez tiene la compañía junto con un hijo de su primer matrimonio.
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Al preguntarle si la empresa ha tenido contratos solo con Educación, explicó que también ha contratado con consorcios y empresas privadas. “De esa compañía no sé mucho”, agregó Díaz.
Por su parte, Rodríguez defendió su expertisse al asegurar que su bagaje incluye: “Ser maestro toda mi vida; después fui director de escuela, coordinador de historia y estudios sociales”. Además, tuvo su propia escuela privada.
Sotuvo que Díaz no tiene “absolutamente nada que ver” con sus contratos. “No hay ningún tipo de conflicto. Esa propuesta la corro yo con mi hijo, que no es hijo de ella”, argumentó.
Sostuvo que siempre ha cumplido con los parámetros establecidos por Educación, y que nunca ha recibido ningún tipo de señalamiento.