La sala de prensa en La Fortaleza comenzó a llenarse ayer a eso de las 10:00 de la mañana. De ordinario sería antes, por la cantidad de reuniones y visitas que producen noticias desde el Palacio de Santa Catalina. Pero ayer, y en las últimas dos semanas, allí no hay nada más de lo que se ha vuelto corriente: una hilera de policías a las afueras, agentes de distintas unidades adentro, un grupo de bomberos, y uno que otro empleado que mueve cosas de aquí para allá.
Más o menos a esa hora el grupo de periodistas destacados en la sala comienza a envíar mensajes y hacer llamadas en busca de información y dar seguimiento a las entrevistas del día anterior. Algunas reciben respuesta: “recibido”, “¿para cuándo sería?”, “su agenda está bastante llena”, “te verifico”.
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Ni el gobernador Ricardo Rosselló, ni el saliente secretario de la Gobernación Ricardo Llerandi, ni el subsecretario Erik Rolón, ni ninguno de sus oficiales de prensa ofrecen expresiones sobre el proceso de transición que mantiene en ascuas al país. De hecho, desde las últimas expresiones del aún primer mandatario a la prensa local el 16 de julio y la vacilante entrevista a Fox News, no responde a una pregunta.
Sin embargo, poco antes del mediodía, un grupo de feligreses del Concilio La Iglesia de Dios Incorporada (LIDDI) tuvo acceso a La Fortaleza con una misión: orar por el gobernador “para que el Señor sea el que tome dirección del país y ayude en las decisiones que están por tomarse”, según el pastor Eliseo Nieves.
Nieves dijo que no fueron invitados, sino que se trató de una iniciativa propia. A su salida, dijo que Rosselló se veía bien y tranquilo. Es lo único que se supo del mandatario.
Más tarde, hubo rotación de policías. Nadie protestó afuera. Nadie contestó adentro.
Dieron las 3:00. Desde la sala de prensa salieron otras llamadas insistiendo en obtener detalles y la respuesta fue la misma de la mañana. Nadie se asomó. Nadie se paró frente a la prensa.
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A las 6:00 de la tarde bajaron las banderas de las astas, como de costumbre. En la sala sonaban los teclados de los periodistas de medios escritos a sabiendas de que falta información. Al cierre de esta edición nadie sabe con certeza qué pasará el viernes a las 5:00 de la tarde. Los legisladores repiten: “sabemos lo mismo que ustedes”.
¿Quién está a cargo?
¿Puede en estas circunstancias de silencio y ostracismo seguir el funcionamiento del país sin necesidad de un gobernante? “La ley formal no contempla un funcionamiento sin un gobernador”, lanza, categórico, el constitucionalista Carlos Ramos. Para eso existe el orden de sucesión que obliga al secretario de Estado a asumir la gobernación cuando falte el primer mandatario, sea temporeramente, por renuncia, destitución, o cualquier otra circunstancia.
“El partido ya no gobierna a nombre del partido. El partido que está en el gobierno gobierna para todo Puerto Rico y tienen que cumplir con la ley y la Constitución. Y la ley y la Constitución dicen, en este caso, que el viernes, a partir de un minuto después de las 5:00, si las circunstancias son las que están ahora mismo, hay una gobernadora. Se llama Wanda Vázquez”, insistió.
Carlos Gorrín, también abogado constitucionalista, coincidió en que “el diseño (legal de nuestra estructura de gobierno) es que tiene que haber un gobernador”.
“Pero es una vergüenza mundial la situación en la que nos ha colocado el gobierno actual”, declaró.
Firma proyectos de ley
La única señal de trabajo que emitió el gobernador ayer y el domingo ha sido la publicación de comunicados una vez al día. Sin la responsabilidad de contestar preguntas, se informó que Rosselló firmó la Ley de la Comisión de Apuestas del Gobierno de Puerto Rico, que autoriza las apuestas en eventos deportivos, juegos electrónicos y concursos de fantasía; esto incluye apuestas por Internet que se originen en Puerto Rico.
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