Cincuenta años después de los primeros pasos del humano sobre la superficie lunar, la Luna es nuevamente tema en la NASA.
Estados Unidos quiere que sus astronautas regresen a la Luna y pronto, para 2024. Se cree que la Luna servirá como un campo de prueba determinante para el verdadero premio: enviar astronautas a Marte.
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El club espacial de los multimillonarios ya está a bordo. Jeff Bezos de Amazon y Richard Branson de Virgin Galactic prefieren la Luna que a Marte. Elon Musk de SpaceX también está alentando al satélite de la Tierra, aunque su corazón está en la colonización de Marte.
Sin embargo, la NASA ni siquiera tiene la capacidad de colocar a sus astronautas en órbita alrededor de la Tierra.
“Hace 50 años… aterrizamos, exploramos, nos levantamos de nuevo, nos reunimos, regresamos. Son 50 años sin progreso”, se lamentó el astronauta Buzz Aldrin a principios de este mes. “Creo que todos deberíamos sentirnos un poco avergonzados de no poder hacerlo mejor que eso”.
El astronauta Michael Collins, quien dio la vuelta a la Luna en la nave nodriza mientras Aldrin y Neil Armstrong plantaron una bandera de Estados Unidos y recogieron rocas, reconoce que regresar a la Luna como un escalón hacia Marte es “un plan válido”. “Pero no tengo que estar de acuerdo con eso”, dijo Collins a The Associated Press.
Incluso el presidente Donald Trump prefiere hablar de Marte. En una reunión reciente con Aldrin y Collins, Trump preguntó si era posible enviar astronautas a Marte sin volver a visitar la Luna. Collins respondió que sí.
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A pesar de la falta de presencia humana en la Luna, hay naves robóticas explorando aquel mundo gris y polvoriento. El Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA ha estado dando vueltas alrededor de la Luna los últimos 10 años. A principios de este año, China aterrizó una nave en el otro lado de la Luna. Y el lunes, India planea lanzar una misión al polo sur lunar.
La NASA cuenta actualmente con 38 astronautas, 12 de los cuales son mujeres.