En medio de las críticas, Japón se retiró de la Comisión Ballenera Internacional y reanudó la caza comercial de ballenas 30 años después de que Tokio se comprometió a obedecer la moratoria mundial. El Ministerio de Pesca del país que durante mucho tiempo ha argumentado que es posible cazar a estos mamíferos marinos de manera sostenible, ha establecido el límite de matanza para la temporada de 227 animales, incluidos 52 minke, 150 de Bryde y 25 ballenas
Sei (clasificadas como en peligro de extinción, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN).
La última cacería comercial de Japón se llevó a cabo en 1986, sin embargo, continuó la caza de ballenas por lo que afirma eran propósitos de investigación. Así, la cuota de captura del año pasado, en el marco del programa científico del país, totalizó 333 ballenas.
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El martes 2 de julio, el gobierno de Australia expresó su “decepción” y solicitó al gobierno de Shinzo Abe que regrese “urgentemente” a la organización internacional que regula la práctica.
“Una importante industria ballenera japonesa se estableció después del final de la Segunda Guerra Mundial y la carne de ballena se hizo popular como fuente de proteínas en el Japón de posguerra. Algunos japoneses consideran que cazar y comer ballenas es una tradición cultural. Algunos políticos nacionalistas japoneses apoyan estos puntos de vista”, explicó a Metro Donald Rothwell, profesor de derecho en la Universidad Nacional de Australia. “Las acciones de Japón pueden alentar a otros países a emprender también la caza comercial de ballenas. Esto podría ser un punto de inflexión para la Comisión Ballenera Internacional. Las acciones de Japón, como un país líder a favor de la caza de ballenas, pueden ser cruciales en cuanto a si las ballenas se mantienen generalmente protegidas o si recomienda una industria comercial de la caza de ballenas”.
“Existe una moratoria global sobre la caza comercial de ballenas bajo las reglas de la Comisión Internacional de Caza de Ballenas. Pero al retirarse de las reglas de la Comisión, Japón básicamente está diciendo que puede crear sus propias leyes con respecto a la caza de ballenas”, concluyó Rothwell.
Para aprender más sobre esto, Metro habló con Alexander Gillespie, profesor de derecho en la Universidad de Waikato, en Nueva Zelanda.
3 preguntas a…
Japón regresa a la caza comercial de ballenas. ¿Qué significa eso?
–Solo van a cazar en sus propias aguas territoriales, no en alta mar o alrededor de la Antártida. Significa que la mayoría de los océanos del mundo ahora son santuarios, pero algunos mares territoriales no lo son, y eso puede ser una preocupación ya que la mayoría de las ballenas migran y pueden atravesar estas áreas.
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¿Qué hay detrás de la decisión?
–Japón tiene una historia cultural del uso de las ballenas; y se enfocan en especies que no están (en general) en peligro de extinción. También sienten que gran parte del resto del mundo ha sido injusto al no escuchar sus intentos de encontrar soluciones en esta área en disputa.
¿Cuáles podrían ser las implicaciones a largo plazo?
–Las ONG deben enfocarse más en los países, y no solo en Japón, que tienen ballenas en sus zonas económicas exclusivas. Tratar de cambiar la opinión pública en Japón será más difícil que en la mayoría de los otros países, ya que no se trata solo de ballenas. También se trata de que Japón le diga al mundo que pueden hacer políticas independientes, incluso si a Occidente no le gustan.
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CIFRA:
200-1.2 mil
son las ballenas que Japón ha matado al año desde 1987 bajo una exención a la prohibición que permite la investigación científica.