La Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) identificó un posible vínculo entre un tipo de enfermedad cardíaca canina y 16 marcas diferentes de alimentos para perros, según un informe.
La enfermedad cardíaca, llamada cardiomiopatía dilatada canina (MCD), puede causar insuficiencia cardíaca congestiva en los perros. Se cree que también tiene un componente genético y afecta con mayor frecuencia a las razas de perros más grandes.
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Entre las 16 marcas identificadas en el informe de la FDA, estas tienen etiquetas “sin grano” y, como tal, contienen una gran cantidad de guisantes, lentejas, legumbres y / o papas como ingredientes principales, lo que significa que son “enumerados dentro de los primeros 10 ingredientes en la lista de ingredientes, antes de vitaminas y minerales”.
Las marcas se enumeran en orden descendente según el número de incidentes de enfermedades cardíacas informadas, de la siguiente manera: Acana, Zignature, Taste of the Wild, 4Health, Earthborn Holistic, Blue Buffalo, Nature’s Domain, Fromm, Merrick, California Natural, Natural Balance, Orijen, Nature’s Variety, NutriSource, Nutro y Rachael Ray Nutrish.
Un número desproporcionado de casos reportados en el estudio de la FDA provino de dueños de Golden Retrievers, por lo que sospechan que tiene que ver con “grupos de medios sociales específicos de raza y actividades que han sensibilizado sobre el problema en estas comunidades e instaron a los propietarios y veterinarios a presentar informes a la FDA”, según el informe.
Ante esto, las investigaciones han demostrado que los Golden Retrievers pueden estar genéticamente predispuestos a una condición llamada dificultad taurina, que puede causar una miocardiopatía dilatada.
Basado en la nueva conexión entre la dieta y la enfermedad, el informe afirma que “la FDA está utilizando una gama de herramientas de investigación basadas en la ciencia mientras se esfuerza por aprender más sobre esta aparición de DCM y su posible vínculo con ciertas dietas o ingredientes”.
Esta es la tercera actualización que la FDA ha publicado sobre el tema después de que la agencia abrió su investigación hace casi un año, en julio de 2018.