MIAMI — Diez aspirantes a convertirse en el candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos arremetieron el miércoles contra la economía nacional y contra un gobierno republicano que consideran que solo mira a los ricos, en el arranque de la campaña para las elecciones de 2020. Los demócratas recurrieron a la desigualdad como tema central de su lucha para impedir un segundo mandato de Donald Trump.
La atención médica y la inmigración, por encima de cualquier otro tema, coparon el debate. Y la senadora por Massachusetts, Elizabeth Warren, destacó sobre los demás al pedir, a veces en solitario, un “cambio fundamental” en la economía y el gobierno para abordar la creciente brecha entre los ricos y la clase media.
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“Yo lo veo de esta forma. ¿Para quién está funcionando realmente esta economía? Está yendo bien para un segmento cada vez más fino en lo más alto”, manifestó Warren poco después de levantar la mano como una de las únicas demócratas sobre el escenario dispuesta a anular su seguro sanitario privado en favor de un plan gubernamental. “La atención médica es un derecho humano básico, y yo lucharé por los derechos humanos básicos”.
El debate supuso un gran paso adelante en la campaña presidencial de 2020 mientras los demócratas intentan despejar la atestada lista de aspirantes centrados en una cuestión: ¿Quién es el mejor posicionado para derrotar a Trump?
Otros 10 candidatos, incluyendo el por ahora favorito Joe Biden, debatirán el jueves.
Aunque Trump es el objetivo final de muchos votantes demócratas, el presidente no fue un gran protagonista de la noche del miércoles. El gobernador de Washington, Jay Inslee, fue uno de los pocos que atacó con dureza al mandatario al afirmar que “la mayor amenaza a la seguridad de Estados Unidos es Donald Trump”.
En lugar de en Trump, los demócratas se centraron en el asunto que le dio al partido la mayoría en la Cámara de Representantes el año pasado: la atención médica. Todos respaldaron el concepto de sanidad universal, aunque discreparon en la forma de alcanzar ese objetivo.
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Warren y el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, se mostraron a favor de abolir los seguros privados, mientras que el exrepresentante por Texas Beto O’Rourke y la senadora por Minnesota Amy Klobuchar optaron por preservar ese mercado.
Las diferencias podrían volver a repetirse el jueves, cuando Bernie Sanders suba al estrado. El senador por Vermont propuso el sistema “Medicare for All”, sin seguros privados, mientras que el exvicepresidente Biden no ha llegado tan lejos.
La inmigración también ocupó parte del debate. Los aspirantes mencionaron la devastadora fotografía de un migrante salvadoreño y su hija ahogados en el Río Grande, y culparon a Trump y a sus políticas hacia quienes ingresan al país de forma ilegal.
“Ver esa imagen de Oscar y su hija Valeria fue desgarrador”, señaló Julián Castro, excolaborador de Barack Obama. “Esto debería molestarnos a todos”.
Además, cargó contra O’Rourke por no pedir que se despenalice totalmente cruzar ilegalmente la frontera con México.
“Creo que es un error, Beto”, dijo añadiendo que O’Rourke estaría de acuerdo con él “si hiciese su tarea sobre este asunto”.
O’Rourke sostiene que no respalda la despenalización de este tipo de cruces por temor a los traficantes de drogas y personas.
Más allá de otras escaramuzas, los demócratas libraron un debate en su mayoría civilizado con pocas muestras de la dura confrontación que ha dominado la política en la era Trump. Los aspirantes, al menos por una noche, se centraron en su visión de lo que es y debería ser Estados Unidos y ninguno fracasó estrepitosamente.
Trump, que se encontraba viajando a Japón para acudir a la cumbre del G20, ofreció en Twitter su resumen de la noche: “¡ABURRIDO!”.