Las autoridades mexicanas incrementaron durante el fin de semana las revisiones en los trayectos más utilizados por los migrantes en el sur del país, solicitando identificaciones, retirando a pasajeros del transporte público e interceptando cuatro camiones atestados con casi 800 migrantes.
El Instituto Nacional de Migración (INM) informó del despliegue de 1.000 agentes en el norte y sur del país en momentos en que México enfrenta una mayor presión por parte de Estados Unidos para reducir el número de migrantes, en su mayoría centroamericanos, que atraviesan su territorio. México planifica contar el martes con 6.000 elementos de la Guardia Nacional en su frontera con Guatemala.
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The Associated Press presenció a alrededor de 10 soldados armados en un puesto de revisión cerca de Ciudad Cuauhtémoc en el estado de Chiapas. Los elementos portaban brazaletes negros que los identificaban como miembros de la Guardia Nacional. El personal castrense detuvo vehículos para que los agentes de migración revisaran identificaciones y retiraran a los pasajeros que no portaran documentos. En otro retén, apenas al norte de Comitán _ también en Chiapas _ más de una decena de supuestos miembros de la Guardia Nacional patrullaban caminos rurales, ocultos entre la lluvia y la oscuridad, en busca de migrantes y traficantes de personas.
En el estado de Veracruz, en el Golfo de México, el INM informó que el sábado se trasladó a 791 personas a una instalación migratoria y se arrestó a los conductores de los camiones en los que se transportaba a los migrantes.
Los migrantes habitualmente son transportados por México en atestados camiones de carga, y algunas veces bajo condiciones extremas, sin alimento o agua ni aire suficiente para respirar. Un video difundido por el gobierno muestra a los agentes mientras rompen el candado de la puerta de uno de los remolques para liberar a los migrantes.
La dependencia también describió las detenciones y arrestos en Veracruz como parte de la estrategia implementada por el nuevo comisionado, Francisco Garduño. El exdirector de prisiones asumió el cargo el viernes, que asumió de un sociólogo y un académico.
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El domingo a las afueras de Comitán, varios soldados y policías que se identificaron como miembros de la Guardia Nacional estuvieron a cargo de los retenes.
En uno de ellos, el agente migratorio José Ángel Ramírez acogió la ayuda de la Guardia Nacional.
“Nosotros no tenemos como detener a tantos y los traficantes pasan por todos lados”, dijo Ramírez, quien era el único agente en turno en este punto de revisión.
Cerca de ahí, una decena de agentes de la Guardia Nacional vigilaban a cinco hondureños que fueron detenidos por viajar sin la documentación debida.
Uno de los hondureños, un granjero de nombre Armando y que viajaba con su hija y un sobrino, rompió en llanto y decía que lo iban a matar si volvía a su país.
Después de varias horas, los hondureños fueron trasladados a centros de detención de migrantes.
La Guardia Nacional es el nuevo cuerpo de seguridad creado por instrucciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el poder el 1 de diciembre. La unidad apenas comienza a conformarse y se estableció originalmente con el objetivo de poner fin a la violencia que azota al país. El año pasado se registró el mayor número de homicidios en México en al menos los últimos 20 años.
Desde hace tiempo, los soldados mexicanos tienen autorización para inspeccionar vehículos en busca de drogas o armas, explicó uno de los elementos de la Guardia Nacional que se rehusó a dar su nombre. Ahora, señaló, pueden detener a los conductores o a quien se sospeche de colaborar con el traslado de inmigrantes por territorio mexicano.
Los residentes de Comitán señalan que a menudo los camiones eluden los retenes por la noche. “Nosotros no podemos saber que llevan dentro”, dijo el agente migratorio Julio Velasco. Las autoridades mexicanas han instalado barricadas adicionales en los últimos días para abarcar mayor territorio.
Luis Guillermo Lechuga, quien vende ropa cerca de uno de los puntos de revisión, expresó su escepticismo en que la mayor presencia de las autoridades reduzca el número de migrantes que transitan por Comitán y zonas aledañas.
“Todo va a estar igual”, dijo Lechuga, quien se mostró tanto solidario como molesto con los migrantes. “Nadie sale de su tierra sin problemas”.