Si bien a inicios de su mandato el gobernador Ricardo Rosselló firmó una orden ejecutiva para promover la contratación a la Universidad Puerto Rico (UPR), Erik Rolón, secretario del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DRC), aseguró que están en cumplimiento de dicha orden a pesar de alcanzar un acuerdo con la Universidad Ana G. Méndez (UAGM) el pasado martes.
Y es que el DCR otorgó el martes un contrato con la UAGM por un total de $208 mil a cambio de la institución ofrezca cursos a una población de confinados en Arecibo.
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“Estamos en cumplimiento con esa orden. De hecho, tenemos conocimiento de esta. Hemos hecho varias gestiones, ya tenemos un listado de cómo cada uno de los recintos pudiera estar colaborando con el Departamento y también tenemos los recursos para ello. Así que es cuestión de que se puedan materializar esas iniciativas que ya se están trabajando”, alegó Rolón en entrevista telefónica con Metro.
La Orden Ejecutiva 021 fue firmada por el gobernador en febrero de 2017 para promover la contratación con la UPR.
Asimismo, mediante estos acuerdos interagenciales, la orden pretende allegarle más recursos al primer centro docente del país, especialmente ante la crisis fiscal que enfrenta, que incluye recortes a las aportaciones anuales que le realiza el Gobierno central y aumentos en los costos de matrícula a los estudiantes.
“No es que no se ha hecho nada con la UPR, estamos en ese trámite. Lo que pasa es que este acuerdo salió, quizás, un poco más rápido que los demás… Esto no es exclusivo de Ana G. Méndez”, defendió.
El contrato con UAGM está destinado a atender a cerca de 220 confinados de la Institución carcelaria 216 de Sabana Hoyos en Arecibo. El acuerdo tiene vigencia hasta el 30 de junio de 2020.
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El programa, según Rolón, es uno de educación continua y se darán cursos a 170 hombres y a 50 mujeres. El currículo de los hombres incluirá cursos de construcción, arte y cultura y desarrollo sustentable. Mientras que el de mujeres, tendrá cursos de facturación de planes médicos, administración de oficinas y desarrollo de técnicas y destrezas manuales.
Al preguntársele sobre el programa educativo que ya ofrece la UPR a la población confinada en el anexo 292, Rolón aseguró que buscarán ampliarlo con dicho contrato que esperan concretar en un futuro.
“El problema no es la contratación, el problema es cómo se ajustan los servicios que da la UPR a la población que yo sirvo”, indicó.
Este medio intentó obtener una reacción de la UPR, pero al cierre de esta edición no se recibió respuesta.