JARTUM, Sudán (AP) —La junta militar que gobierna Sudán intentó aplastar el lunes al movimiento que se opone a su control del poder al invadir las fuerzas de seguridad un campamento de protesta en la capital, lo que desató ráfagas de disparos, la quema de tiendas de campaña y la muerte de al menos 30 personas, dijeron testigos y líderes de las protestas.
Con el ataque, los generales indicaron que se les terminó la tolerancia hacia los manifestantes pro democracia, quienes durante meses han acampado frente a la sede del Ejército mientras ambas partes negociaban quién debería dirigir al país luego de la destitución del autócrata Omar al-Bashir.
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Después de que lograran que el Ejército depusiera a Al-Bashir, los manifestantes se habían quedado en las calles exigiendo que los generales pasaran a segundo plano y dejaran que los civiles lideraran la transición.
El allanamiento de la zona de protesta plantea el riesgo de que se intensifique la violencia. Dispersados por el ataque sangriento, los manifestantes prometieron seguir con su campaña, suspender las negociaciones y convocar a una huelga general y a la desobediencia civil. Instaron a marchas nocturnas por todo el país.
“Este es un punto crítico en nuestra revolución. La junta militar ha elegido la intensificación y la confrontación”, dijo Mohamed Yousef al-Mustafa, portavoz de la Asociación de Profesionales Sudaneses, que ha encabezado las protestas.
“Esos son criminales que deberían haber sido tratados como al-Bashir”, comentó. “Ahora la situación es ellos o nosotros; no hay otra forma”.
La junta militar que gobierna el país indicó en un comunicado que las fuerzas de seguridad habían tratado de despejar una zona adyacente al campamento cuando aquellas personas a las que perseguían huyeron a la zona de protesta, lo que derivó en los tiroteos y los lesionados.
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Sin embargo, los activistas señalaron que el ataque pareció ser una maniobra coordinada con otras fuerzas que invadieron campamentos similares en la ciudad de Omdurmán y en Al Qadarif, en el este del país.
El ataque ocurrió la víspera de la festividad del Eid al-Fitr que marca el final del Ramadán, el mes sagrado en el que los musulmanes ayunan durante las horas del sol. Un gran número de elementos del Ejército, de la policía y de las Fuerzas de Apoyo Rápido, una unidad de élite que durante las protestas contra al-Bashir había prometido proteger el campamento, acudieron a la concentración luego de que lloviera durante la noche, dijeron los activistas.