764 personas han contraído el virus del Sarampión en 23 estados de la Unión Americana, según reportó el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Esta es la mayor cantidad de casos notificados en los EE. UU. desde que se había eliminado el sarampión en el 2000. Los estados que han notificado casos a los CDC son Arizona, California, Colorado, Connecticut, Florida, Georgia, Illinois, Indiana, Iowa, Kentucky, Maryland, Massachusetts, Michigan, Misuri, Nevada, Nuevo Hampshire, Nueva Jersey, Nueva York, Oregón, Pennsylvania, Texas, Tennessee y Washington.
Aunque Carolina del Norte no está incluido en la lista de estados que han reportado casos, su cercanía con Georgia y Tennessee, así como la época de vacaciones que se aproxima, pone en alerta a las autoridades de salud quienes han lanzado un plan de prevención contra esta enfermedad que ya había sido eliminada en los Estados Unidos en el 2000.
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El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Carolina del Norte está promoviendo medidas preventivas y recordando a todos que la vacunación es la mejor manera de protegerse y proteger a sus seres queridos contra el sarampión.
Los expertos en salud pública recomiendan que todos los niños reciban dos dosis de la vacuna MMR, con la primera dosis comenzando a los 12 meses de edad y un refuerzo entre los cuatro y los seis años de edad. Los adultos nacidos en 1957 o posteriores que aún no han sido vacunados deben recibir al menos una dosis de la vacuna MMR.
Ciertos adultos deben recibir dos dosis, incluidos estudiantes universitarios, trabajadores de la salud y personas que viajan internacionalmente. Una segunda dosis o “dosis de refuerzo” no se recomienda de manera rutinaria para otros adultos que hayan recibido al menos una dosis de una vacuna contra el sarampión.
El sarampión es una enfermedad respiratoria que se transmite por el aire al toser y estornudar. También puede transmitirse por contacto con las secreciones de la nariz o la boca de una persona infectada. Los síntomas iniciales pueden incluir fiebre, secreción nasal, ojos rojos y lagrimosos y tos, seguido de una erupción que puede extenderse por todo el cuerpo.
Si no se trata a tiempo, el sarampión también podría causar neumonía y otras complicaciones, especialmente en niños pequeños. La enfermedad también presenta serios riesgos para las mujeres embarazadas, incluido el aborto espontáneo y el parto prematuro.