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Reiteran su rechazo a medidas de austeridad

En el Día Internacional de los Trabajadores, sindicatos y otras organizaciones llevaron sus protestas a la Milla de Oro, donde subrayaron el peso del sector financiero en la crisis fiscal

Sin repetir los choques y agresiones de años anteriores, las protestas del Día Internacional de los Trabajadores cerraron con un contundente mensaje contra las medidas de austeridad impuestas por la Junta de Control Fiscal (JCF) y el Gobierno, justo en el día en que juramentó Elmer Román como el nuevo secretario del Departamento de Seguridad Pública (DSP).

“Le agradezco a la Policía de Puerto Rico por su enorme sacrificio y su trabajo temprano en la mañana, comprometidos y demostrando el entrenamiento y la capacidad de hombres y mujeres en uniforme”, dijo el gobernador Ricardo Rosselló Nevares en conferencia de prensa, tras la protesta.

Ante la retirada de los manifestantes, el monitor federal de la Policía, Arnaldo Claudio, catalogó la labor de la Policía como “extraordinaria”.

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Las controversias y desencuentros antes y durante la manifestación estuvieron principalmente relacionadas con las rutas de las marchas y el punto de encuentro. Alrededor de las 9:00 de la mañana, el secretario de la Gobernación, Ricardo Llerandi, confirmó que finalmente lograron un acuerdo con los sindicatos para ubicar la tarima en la intersección de las avenidas Luis Muñoz Rivera y Carlos Chardón, en Hato Rey.

Sin embargo, cuando organizaciones magisteriales intentaron ingresar al punto de encuentro, un puñado de policías intentó detener la marcha a la altura de la avenida Roosevelt, a 200 metros de la tarima. “Por razones de seguridad”, dijo un uniformado, sin explicar, a preguntas de este medio. Tras un forcejeo, se retiró el último policía y la manifestación continuó.

Simultáneamente, al otro lado de la avenida, en la Ponce de León, la licenciada Laura Mercedes Coss Guzmán fue detenida por intentar cruzar una valla. El colectivo Jornada: Se Acabaron las Promesas intentó avanzar a pesar de que la Uniformada fijó el perímetro, por lo que los ánimos se caldearon. El grupo desistió, regresando a la ruta designada por la Muñoz Rivera.

Desde la tarima, Luis Pedraza Leduc, líder de la Coordinadora Sindical, condenó, además,a los intereses privados que, a su juicio, provocaron la imposición de la JCF. Asimismo, Ángel Figueroa Jaramillo, presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), denunció las privatizaciones de la energía y de la educación e instó a la multitud a continuar protestando. “La única herramienta que tenemos para enfrentarlo es saliendo a la calle”, puntualizó. Por su parte, Shariana Ferrer, portavoz de la Colectiva Feminista, abogó por la cancelación de la deuda pública del Gobierno.

Mientras tanto, miembros del Movimiento Victoria Ciudadana recogían endosos. Entre ellos, el representante Manuel Natal Albelo y la excandidata a la gobernación Alexandra Lúgaro.

Más temprano, alrededor de veinte organizaciones sindicales marcharon desde el Capitolio hasta La Fortaleza con un paquete de reclamos que partían de revertir “toda legislación antilaboral, antitrabajador, que han aprobado la Legislatura y el Gobernador de Puerto Rico,  que no han redundado en ningún crecimiento y ningún beneficio”, según Juan Cortés Valle, presidente de la Federación Central de Trabajadores.

“Pudimos recibir las peticiones de los manifestantes para tener un diálogo. En algunas cosas estaremos en desacuerdo, en algunas cosas podremos trabajar en conjunto”, afirmó Rosselló Nevares. No se planteó una fecha específica para el encuentro.

Entre la tensión y los momentos insólitos

Una vez culminó el evento, un grupo de manifestantes se quedó en el lugar junto a los escudados de Se Acabaron las Promesas. Líquidos volaron al otro lado, hacia la Policía, quienes hicieron alrededor de cinco advertencias. Pidieron que sacaran del lugar a niños y personas con problemas respiratorios, luego exhortaron a los “manifestantes pacíficos” a que se retiraran.

Al final nada pasó, salvo que agentes detuvieron a “Spider-Man”, Ángel Ruiz Pérez, un performero de 35 años que suele participar de la protesta disfrazado del superhéroe. También lo detuvieron por considerar que violó el perímetro, pero lo dejaron en libertad sin radicarle cargos.

En otro evento, un individuo que se identificó como Josué Medina, y que dijo ser empleado público, se enfrascó en una acalorada discusión con la primera línea de defensa de la fuerza de Operaciones Tácticas, en el perímetro en la intersección del Popular Center, porque quería retirar dinero de un cajero automático para comer. El hombre cedió finalmente.

En discusión el proceder de la Policía

“Lo que vimos fue un despliegue excesivo para una manifestación que no fue gigante, que había una cantidad moderada, con el fin de proyectar una impresión de que había peligro”, argumentó la abogada Mariana Nogales, de la Brigada Legal Solidaria, en conferencia de prensa de la Jornada Se Acabaron las Promesas. A ese despliegue, que comenzó en la noche del martes, adjudicaron la baja participación en contraste con años anteriores.

Según la portavoz del DSP, Karixia Ortiz, “el Negociado de la Policía está preparado y contempla en su presupuesto y distribución de recursos trabajar en eventos como lo son las manifestaciones que se desarrollaron hoy”. Es decir, no se incurrió en gastos adicionales por la movilización.

A diferencia de años anteriores, la Uniformada coordinó con la prensa su participación para evitar incidentes y garantizar la cobertura del evento. Además, mostraron equipos nuevos.

La Uniformada se apuntó, además, otro triunfo, a diferencia del resto de los sectores de trabajadores.

En la manifestación que llegó a Fortaleza estuvo un oficial retirado, en silla de rueda, protestando por las pensiones de la Policía. A preguntas de la prensa, Rosselló Nevares aseguró que está trabajando para asegurar las pensiones de este sector y que busca opciones para que sus compañeros agentes tengan acceso al Seguro Social, un reclamo histórico de la Uniformada.

Análisis: amenaza a la libertad de expresión y lecciones aprendidas por la Policía

El abogado Osvaldo Burgos, quien estuvo a cargo de los observadores del Colegio de Abogados, subrayó las banderas rojas que levantó la actuación de la Uniformada durante las protestas del Primero de Mayo:

“La Policía se ha sentido con la autoridad de definir cómo se van a hacer las protestas en este país. Eso es bien peligroso para la libertad de expresión: el limitar un perímetro, el definir por dónde la gente se va a manifestar.

Obviamente, el resultado de hoy debemos celebrarlo. Los manifestantes tuvieron aguante ante la provocación que implicaba la gran cantidad de efectivos de la Policía. También creo que hay unas experiencias aprendidas de la Policía. Ahora mismo, se acaban de presentar dos demandas en su contra como el resultado de los eventos del Primero de Mayo del año pasado. Hay un informe reciente de la Comisión de Derechos Civiles que es contundente en términos de los abusos de la Policía en la jornada anterior. Todos deberíamos celebrar que esas sean lecciones aprendidas, pero hay que mirar con mucha cautela. Yo quisiera que uno de ellos sea que la Policía, por fin, está respetando como parte de la reforma”.

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