Una situación precaria viven los estudiantes con impedimentos del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (RRP-UPR) que requieren la reapertura de una biblioteca con las facilidades del edificio José M. Lázaro.
Al conocer la situación, la Defensoría de las Personas con Impedimentos (DPI) inició una investigación con el propósito de aportar a la solución del problema. “Como agencia encargada de atender a la población con impedimentos, nuestra función es tender puentes y buscar soluciones rápidas y eficientes”, expresó Gabriel E. Corchado Méndez, defensor interino.
El RRP-UPR cuenta con al menos 18 bibliotecas y colecciones, pero solo una de ellas es apta para estudiantes con impedimentos. Dichas instalaciones fueron cerradas tres años y trasladas a otro espacio más pequeño que no cumple en suplir las necesidades de la población a la que debe servir. Así lo expuso la joven no vidente Sylvia Enid Aponte Rivera, quien siempre anda acompañada de Warren, su perro guía. Aponte es alumna doctoral en el Departamento de Inglés de la Facultad de Humanidades. Según la directora interina del sistema de bibliotecas de la UPR en Río Piedras, Noraida Domínguez, el proyecto de renovación de la sala podría llevarse a cabo en verano, y se espera que culmine durante ese periodo.
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“Como parte de la investigación que vamos a realizar, se analizarán varios ángulos de acuerdo con las disposiciones legales, de manera que todos los interesados puedan ser parte del proceso y aportar soluciones”, finalizó Corchado Méndez.