Durante estos días de asueto, uno de esos templos que reciben cientos de personas de distintos pueblos de Puerto Rico es la Parroquia Espíritu Santo y San Patricio en Loíza, que conserva decenas de artículos de culto, algunos tan antiguos que superan varios siglos años, así como figuras y santos de palo de épocas inmemoriales.
Según se informó en declaraciones escritas, precisamente este año 2019 se conmemoran los 300 años de la fundación de dicho pueblo y de su parroquia, aunque la historia y la arqueología señalan que Loíza, como asentamiento urbano, fue el hogar de los antiguos indios arcaicos y luego de los taínos.
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En Puerto Rico posiblemente no exista un monumento con una historia tan peculiar como la Iglesia Parroquial de Loíza, bajo esta evocación dual del Espíritu Santo y San Patricio. De hecho, es uno de los tres templos católicos más antiguos de la Isla y aún en uso, pues los otros dos, Poeta Coeli en San Germán es un museo y la Iglesia San José en el Viejo San Juan está cerrada por motivo de su restauración.
Para esta Semana Santa, el párroco P. Rocendo Herrera, trinitario, informó que el viernes, la ‘Adoración de la Cruz’ es a las 4:00 de la tarde, seguida de la ‘Procesión del Santo Entierro’. Para las 7:30 de la noche está pautada la ‘Procesión de la Soledad’. El sábado, 20 de abril se celebra la ‘Vigilia Pascual’ a las 9:00 de la noche con la bendición del fuego, liturgia de la Palabra y Procesión del Encuentro. Para el domingo, 21 de abril es la ‘Misa de Resurrección a las 9:00 de la mañana.
La parroquia, localizada en la plaza pública Don Ricardo Sanjurjo de Jesús fue erigida por Padres Dominicos en terrenos donados por un nieto de Don Juan Ponce de León y contrario a lo que se acostumbra a ver, la entrada al templo no mira a la plaza, sino al poniente, hacia la ribera del Río Grande de Loíza, pues por allí era donde llegaban los barcos del comercio y los viajeros con sus buenas intenciones, pero también los piratas e indios caribes.
Entre las piezas de culto que se pueden apreciar en el templo está un relicario francés en honor a la Santa Cruz, que fue donado por el Hermano Walter Antón y se estima que data de principios del siglo pasado. Los relicarios son piezas de culto que guardan en su interior algún recuerdo, como piezas de telas que fueron usadas por santos. La parroquia cuenta además con relicarios gemelos dedicados a San Pedro y a San Pablo, hechos a mano y una custodia de plata de cerca de 14 pulgadas de diámetro. La custodia es la pieza que se usa para conservar la sagrada comunión y se presenta a los fieles durante el ofertorio.
Pero seguramente la pieza más antigua que está bajo la protección parroquial es el sol de una antigua custodia, que data de 1750. La pieza de 269 años de antigüedad luce en buen estado, considerando todo lo que ha visto pasar mucho en la historia de Puerto Rico.
El templo es parte del Registro Nacional de Lugares Históricos del Departamento del Interior de Estados Unidos desde el 5 de septiembre de 1976, como lo atestigua una placa a la entrada. De hecho, la estructura es parte del circuito turístico que el Municipio de Loíza ofrece a sus visitantes.
