Ya sea por falta de lluvia, por mal uso del recurso, exceso de demanda u otra razón, una sequía consiste en escasez de agua y puede ocurrir en cualquier punto geográfico. Esto no solo implica daños a los recursos naturales y los ecosistemas que habitan en ellos, sino que su impacto trasciende a efectos económicos y consecuencias en la vida cotidiana de los seres humanos que terminan experimentando racionamientos, baños “a cubito”, mayor gasto en compras del líquido y muchas otras consecuencias.
En Puerto Rico, los meses secos son de diciembre a marzo. El promedio de actividad de lluvia anual en Puerto Rico oscila entre las 64 y 69 pulgadas, siendo el este-interior, le centro y el oeste-interior las zonas con mayor precipitación. En el Yunque y áreas circundantes, por ejemplo, el promedio entre el 1981 y el 2000 logró alcanzar niveles altísimos de alrededor de 160 pulgadas.
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La desventaja histórica la tienen los municipios del sur. En ese mismo periodo, la actividad de lluvia en Ponce apenas alcanzó entre 25 y 29 pulgadas. La mayor parte de la banda sur, desde Cabo Rojo hasta parte de Arroyo, se mantuvo por debajo de las 55 pulgadas.
Elementos que aceleran la sequía
En Puerto Rico, más de la mitad del agua potable se pierde en salideros y hurto del servicio. Además, los embalses enfrentan retos como contaminación, crecimiento excesivo de vegetación y la rápida acumulación de sedimentos, que se aceleró aún más tras el huracán María.
Algunos de los embalses principales en el País son Carite (Guayama), Carraízo (Caguas – Gurabo – Trujillo Alto)), Cidra, Dos Bocas (Utuado – Arecibo), Garzas (Adjuntas), Guajataca (Quebradillas – San Sebastián – Isabela), Guayabal (Juana Díaz), Guayo (Adjuntas), La Plata ( Toa Alta – Naranjito – Bayamón), Las Curias (Río Piedras), Patillas, y Toa Vaca (Villalba).
Prepararse para una sequía
La medida principal, según recomiendan agencias de Gobierno, es la conservación del agua como medida medida de prevención . Estas son algunas de las prácticas que el Departamento federal de Seguridad Nacional sugiere adoptar previo a una sequía:
- No deseche agua por el desagüe si puede darle otro uso, como regar las plantas
- Cambie los grifos que goteen y verifique las tuberías
- Plante césped nativo o resistente a sequías
- Use mantillo para retener la humedad del suelo
- Evite comprar juguetes de agua que necesiten un flujo constante
- Evite instalar objetos ornamentales que usen agua
- Considere recolectar agua de lluvia
Por otra parte, durante una sequía, estas son las medias que sugieren tomar:
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- En el baño, evite tirar la cadena innecesariamente y tome duchas breves (abra la llave solo para mojarse y enjuagarse)
- Evite dejar correr el agua mientras se cepilla los dientes, se lava la cara o se afeita
- Coloque un balde en la ducha para recoger el agua que sobre y úsela para regar las plantas
- En la cocina, limpie las verduras en un recipiente con agua en lugar de usar el agua directamente del grifo
- Almacene agua potable en el refrigerador
- Evite usar agua corriente para descongelar carnes u otros alimentos
Experimentos dudosos en Puerto Rico para provocar lluvia artificial
El Ecoexploratorio señala que en Puerto Rico hubo siete sequías severas, siendo la más extensa y dañina una que inició en 1964 y culminó en 1968. El embalse Carraízo no alcanzó a llenarse por un año, a pesar de que se redujo sustancialmente la extracción de agua. Como consecuencia, en Puerto Rico se comenzó a experimentar con la modificación artificial del clima.
En Estados Unidos ya se hacía esta práctica y los resultados fueron catalogados como “dudosos” y costosos. Así que se abandonó el experimento y entre verano y otoño de 1968 de forma natural.
En 2015 se intentó modificar el clima una vez más con la “siembre de nubes”, y fue un fracaso.
Las sequías cuestan
El Ecoexploratorio destaca el efecto económico que producen estas manifestaciones. “Es variable y complejo”. De acuerdo con el portal, la sequía del 1994 causó pérdidad de $300 millones, de los cuales $165 millones fueron a la agricultura.
Otras industrias afectadas fueron la manufactura, la construcción y la minería, la transportación y otros.
Las sequías también pueden potenciar que ocurran incendios forestales, inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra y avalanchas de escombro, alerta Homeland Security.
Tipos de sequía
Comúnmente se identifican tres tipos de sequía; la meteorológica, la hidrológica y la agrícola. La primera se refiere a un periodo prolongado de poca precipitación y varía de acuerdo al punto geográfico, aunque según el Ecoexploratorio, si hay 75% o menos del promedio de lluvias calculado en los últimos 30 años, ya se considera una sequía.
La hidrológica, se refiere al descenso de los niveles de agua en ríos, lagos y embalses. La sequía agrícola, por otro lado, ocurre cuando no hay agua suficiente para que los cultivos puedan crecer.
“La sequía agrícola es evidente después de la sequía meteorológica, pero antes de la sequía hidrológica”, explica la organización.
