LOS ÁNGELES (AP) — El aficionado de los Gigantes de San Francisco que quedó incapacitado por un ataque afuera del Dodger Stadium que atrajo la atención nacional hace ocho años se dijo consternado porque la policía de Los Ángeles investiga una nueva agresión en el estadio que dejó a un hombre lesionado de gravedad durante el fin de semana.
Las autoridades buscaban el lunes a un hombre que golpeó a Rafael Reyna durante una discusión tras el maratónico juego de seis horas del viernes entre los Dodgers y los Diamondbacks de Arizona.
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Christel Reyna dijo que su esposo, de 47 años, sufrió una fractura de cráneo por una caída en el estacionamiento y está bajo soporte vital.
“Me siento muy triste por él y su familia y enojado con la persona que le hizo esto”, señaló Bryan Stow, el aficionado de los Gigantes que fue agredido en el juego inaugural del 31 de marzo de 2011 en Dodger Stadium. Desde entonces, Stow se ha convertido en un defensor contra la intimidación.
Declaró a KTVU-TV que “no puedo creer” que casi ocho años después del día en que fue atacado “esté sucediendo otra vez”.
Reyna contó que hablaba por teléfono con su esposo mientras él salía del estadio y escuchó a una mujer y un hombre discutir con él. Añadió que escuchó un crujido y luego su marido comenzó a gemir.
La policía indicó que investiga el incidente, ocurrido la madrugada del sábado, como un ataque. No ha habido detenciones.
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El agresor pudo haber huido en una camioneta deportiva blanca, posiblemente una Toyota 4Runner, según los investigadores.
Los Dodgers emitieron un comunicado en que señalan que el equipo coopera con la policía.
El ataque de 2011 atrajo la atención nacional y condujo a incrementar la seguridad en el estadio.
Dos hombres, Louie Sanchez y Marvin Norwood, finalmente se declararon culpables de golpear a Stow y fueron enviados a una prisión federal. También se les ordenó pagar una parte de los 18 millones de dólares de la sentencia contra los Dodgers.