Su deseo por triunfar ha sido más fuerte que cualquier adversidad. Jan Lewis Martínez Reyes fue diagnosticado con autismo cuando tenía tres años de edad y hoy está a punto de completar sus estudios de escuela superior y comenzar su grado universitario.
“Pongo empeño pa’ poder hacer los trabajos y seguir pa’ estar donde estoy hoy”, afirmó el joven de 18 años, estudiante del curso de Reparación de Equipos Electrónicos de la Escuela Vocacional Miguel Such en Hato Rey. “Lo que me gusta hacer es bregar con computadoras, todo lo que tenga que ver”, dijo en entrevista con Metro.
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Jan siempre mostró interés por las ciencias, las matemáticas y los equipos electrónicos. Por eso no fue una decisión difícil cuando discutió junto a su madre la posibilidad de matricularse en una vocacional para cursar sus grados de escuela superior. Por recomendación profesional y decisión de su mamá, Jan siempre cursó grados en una escuela de corriente regular con asistencia, terapias de habla y psicología ocupacional.
“Me habían dicho que no iba a pasar ni el primer grado y yo dije, eso no va a ser así”, relató Awilda Reyes Negrón. Pero ese mal auguro no se cumplió.
“Me siento muy feliz porque esa fue mi meta desde que me dijeron que él tenía su condición, la meta mía fue hacerlo un joven, una persona independiente, que pudiera trabajar, que pudiera hacerlo todo solo”, sostuvo la orgullosa madre. Jan es un joven de un promedio de cuatro puntos en sus calificaciones, próximo a graduarse de Escuela Superior, rumbo a estudios en Ciencias de Cómputos en la Universidad de Puerto Rico. Recientemente sumó a sus vivencias la primera experiencia laboral.
Su primera experiencia laboral
Como parte de la transformación del currículo del programa de Educación Ocupacional y Técnica (CTE, en inglés), el Departamento de Educación (DE) comenzó desde el pasado año 2018 a establecer alianzas con empresas privadas para proveer a los estudiantes vocacionales una experiencia de trabajo real en la que pudieran aplicar las destrezas adquiridas en el salón de clases, durante su último año de escuela secundaria.
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“El estudiante en su currículo tenía demasiadas teorías y no estaba practicando en un escenario real. Lo que hicimos fue que cambiamos totalmente el currículo, lo que es la política pública de la Escuela Vocacional y ahí insertamos que para poder arreglar la economía de Puerto Rico teníamos que enseñar las personas a trabajar”, expresó Héctor Joaquín Sánchez, secretario Auxiliar de Educación Ocupacional y Técnica del DE.
“El estudiante que está en duodécimo grado puede entonces tener ese periodo para poder aprender a trabajar en un escenario real y salir del salón de clases, que pueda adquirir nuevas destrezas que no adquiere en el salón de clases”, argumentó.
Así nació el programa Spark, con la compañía Marriott Puerto Rico, que le permite a los alumnos realizar una práctica laboral con paga en las distintas áreas de la cadena de hoteles en la isla. El programa de aprendices de Spark comenzó en septiembre de 2018 como resultado de una asociación entre el DE y el Consejo Empresarial de Marriott Puerto Rico. Un grupo de 23 estudiantes de la Escuela Vocacional Miguel Such –entre ellos Jan– inauguró la iniciativa.
Awilda se mostró agradecida con el programa y destacó que, más allá de la experiencia laboral, los buenos resultados se reflejan en distintos aspectos. A partir de la participación de su hijo, dijo por ejemplo que el joven ha perdido el miedo a conversar con las personas y responder preguntas. Entre los signos y síntomas de los Trastornos de Espectro Autista (TEA) descritos por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), están las dificultades en destrezas sociales.
“Él es bien tímido y yo me he dado cuenta que desde que estuvo en el programa, se ha soltado mucho más, está hablando con las personas, no le tiene tanto miedo a contestarles como antes”, dijo Awilda sobre Jan.
“Significa mucho que pude estar en un ambiente donde me aceptaran y podía trabajar conjuntamente con todo el mundo. Me ha ayudado mucho porque pude crecer, pude mejorar algunas fallas que tenía en el área del trabajo. Me lo dijeron, pudimos aclarar y pudimos mejorar durante el tiempo que estuve aquí (trabajando en el hotel)”, reiteró por parte el joven.
Además de brindarle la experiencia laboral, el propósito del programa en este caso es crear conciencia en los jóvenes estudiantes sobre las oportunidades que una carrera en la industria de la hospitalidad puede brindar en un destino como Puerto Rico, donde el turismo juega un papel importante en la economía del país.
La iniciativa también está diseñada con la intención de brindar oportunidades a los estudiantes de escuelas vocacionales y familias de bajos ingresos y crear una chispa para que los alumnos continúen estudios universitarios en el campo de la hospitalidad.
“La mayoría de los estudiantes europeos o las personas que trabajan a nivel de alto nivel ejecutivo en hotelería en Europa, vienen de colegios vocacionales, empiezan en posiciones de supervisor y de ahí siguen creciendo hasta llegar a directores y gerentes generales”, indicó José González Espinosa, gerente general de área de Marriott Puerto Rico.
González sostuvo que la idea del programa surgió también como una nueva manera de ofrecer apoyo a la recuperación de la isla tras el impacto del huracán María, por medio de nuevas oportunidades para los jóvenes en Puerto Rico. En el proceso, el gerente general también ofreció dos módulos de clases a los participantes del programa. “Fue muy gratificante para mi poder aportar al crecimiento de ellos”, relató.
Los estudiantes fueron asignados en las distintas áreas del San Juan Marriott y el Sheraton Puerto Rico Hotel & Casino: recepción, contabilidad, oficina ejecutiva, artes culinaria, ingeniería, soporte de IT, servicio de limpieza, Spa, recursos humanos y operadores de telefonía. Allí cada uno completó con éxito entre 140 y 250 horas de trabajo, con un salario de $7.25 por hora.
De acuerdo a Marriot Puerto Rico y el DE, la experiencia fue tan positiva que en febrero de este año comenzó la segunda etapa del programa, incorporando otras escuelas vocacionales y más estudiantes. También se integraron marcas de Marriott.
“La experiencia fue extremadamente satisfactoria en términos de responsabilidad, de compromiso, de pasión por lo que es el servir, por lo que es querer echar hacia delante”, aseguró Rosana Olazagasti, directora de Recursos Humanos del San Juan Marriott Resort & Stellaris Casino. Todos los estudiantes que participan de Spark tienen que completar un proceso de entrevista, como cualquier otro empleado de la compañía.
“Desde el primer momento nos cautivaron por la preparación que iban a la entrevista con su resumé, con sus carpetas de las actividades extracurriculares que habían hecho, hablando inglés, muy enfocados en cuál va a ser su camino profesional”, relató Olazagasti.
Ahora el programa cuenta con 30 estudiantes de la Escuela Vocacional Miguel Such en Hato Rey, Escuela Vocacional Gilberto Concepción de Gracia en Carolina y Escuela Vocacional Pedro Albizu Campos en Levittown. Los alumnos forman parte de programas como Mercadeo y Hospitality and Management y todos se graduarán de Escuela Superior en mayo de 2019.