Más de 8.400 personas están contagiadas de sarampión en Filipinas y 136 han fallecido, la mayoría de ellos niños, debido a un brote que en parte fue provocado por el temor a la vacuna, informaron autoridades el lunes.
Una enorme campaña de vacunación que comenzó la semana pasada en la muy afectada Manila y cuatro provincias regionales podría contener el brote para abril, dijo el secretario de salud Francisco Duque III. El presidente Rodrigo Duterte advirtió en un mensaje transmitido por televisión el viernes sobre las complicaciones mortales y pidió inmunizar a los niños.
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“Sin peros ni condiciones, simplemente deben llevar a sus niños y confiar en las vacunas… salvarán a sus hijos”, dijo Duque por teléfono. “Es la respuesta absoluta a este brote”.
Las infecciones aumentaron en más de 1.000% en el área metropolitana de Manila, la densamente poblada capital con más de 12 millones de habitantes, comparado con enero del año pasado, informaron funcionarios médicos.
Aproximadamente la mitad de las 136 personas que han muerto tenían entre 1 y 4 años, y muchos de los que fallecieron no estaban vacunados, agregaron.
Duque dijo que una campaña informativa del gobierno está ayudando a restaurar la confianza del público en el programa de inmunización del gobierno, desde que su reputación se deterioró en 2017 por una vacuna en contra del dengue que produjo la farmacéutica francesa Sanofi que algunos funcionarios vincularon con la muerte de al menos tres niños.
El gobierno filipino detuvo la campaña de vacunación contra el dengue cuando Sanofi dijo que un estudio demostró que la vacuna podría aumentar el riesgo de severas infecciones de dengue. Más de 830.000 niños fueron vacunados con la vacuna Dengvaxia durante esa campaña, que se lanzó en 2016 bajo la presidencia de Benigno Aquino III. La campaña siguió bajo el mandato de Duterte hasta que se detuvo en 2017.
El sarampión es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa causada por un virus que puede propagarse al estornudar, toser y por contacto personal.