El doctor David Buss, de la Universidad de Texas, realizó un estudio que se enfrenta a investigaciones anteriores. Su teoría afirma que, a diferencia de los hombres, “genéticamente” las mujeres son más propensas a ser infieles.
Según sus apuntes, ese menor deseo sexual que hace a las mujeres menos infieles son solo creencias de la sociedad. Sin embargo, la realidad es distinta a lo que afirma la historia. Y es que de acuerdo a la investigación, la infidelidad de ellas proviene instintos primitivos desde el inicio de los tiempos.
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En la explicación de su estudio, David Buss expone que en tiempos ancestrales la vida humana no superaba los 40 años. Esto debido a condiciones de época y enfermedades. Y para favorecer la reproducción, las mujeres cambiaban de pareja, algo relacionado al instinto de supervivencia.
“La monogamia de por vida no caracteriza a los patrones de apareamiento primarias de los seres humanos”, afirma el experto. Y refiere que la fidelidad hacia la pareja solo forma parte de “un proceso evolutivo y cultural”. Sin embargo, esto lo señaló para ambos sexos.
La monogamia es una costumbre social, ese es el trasfondo de la investigación. Es decir, un comportamiento que el ser humano adoptó con el tiempo, pero que en nada se relaciona con sus instintos primitivos.
Según el diario El Mundo, España es uno de los países donde más se ha acrecentado la infidelidad femenina. En cifras de una encuesta, el 52% de las mujeres confesó haber engañado sexualmente a su pareja. Los hombres quedaron en 48%
Y las más recientes investigaciones distancia cada vez más la infidelidad de hombres y mujeres. Pero por el lado femenino ha tomado mayor ventaja.