NUEVA YORK (AP) — Al mismo tiempo que la gente recurre a las pruebas de ADN para obtener indicios sobre la salud o la herencia genética, el mejor amigo del hombre también se encuentra ya bajo el microscopio.
Las pruebas genéticas para los perros han aumentado en los últimos años, impulsadas por compañías que realizan los populares exámenes caseros para humanos, ofreciendo una inmersión profunda a los genes caninos con la frotación de un hisopo dentro de la mejilla del animal. A más de un millón de perros se les han realizado las pruebas en poco más de una década.
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El aumento de los exámenes ha generado un debate sobre los estándares, la interpretación y las limitaciones de éstos. Pero para muchos propietarios de perros, las pruebas de ADN son una forma para conocer mejor a sus compañeros.
“Logró armar algunas piezas del rompecabezas”, dijo Lisa Topol, quien recientemente realizó la prueba a sus perros de raza mixta de nombre Plop y Schmutzy. Plop fue la raza mixta con mejor puntuación, y Schmutzy también compitió en el concurso de agilidad del sábado en la exhibición canina del Westminster Kennel Club. El jurado comenzó a deliberar el lunes para anunciar al ganador del codiciado premio.
Una prueba efectuada por Embark, que el año pasado se convirtió en el primer socio de pruebas de ADN del Westminster, confirmó la suposición de Topol de que sus mascotas tienen más rasgos del pastor ganadero australiano que de otras razas. Pero el diagrama genético de Schmutzy tuvo elementos sorpresa, incluidas generosas cantidades de labrador retriever y de doberman pinscher.
“Qué curioso”, pensó Topol en un principio. Y luego dedujo que probablemente la afición de Schmutzy por el agua y por ir a buscar objetos sea parte de su personalidad de labrador. ¿Y no camina un poco como doberman?
“Son los perros que son… Son únicos y especiales”, dijo Topol, quien es ejecutiva de publicidad en Nueva York. Pero los exámenes “hacen que los entienda un poco mejor”.
Las pruebas de ADN para perros bajo ciertas condiciones y motivos se llevan a cabo desde hace más de dos décadas, pero la industria registró un auge luego de que los científicos elaboraron un mapa de un conjunto completo de genes caninos y publicaron los resultados en 2005.