Científicos en Maine están empleando el ADN para intentar preservar la población restante de un pez que, en territorio continental de Estados Unidos, vive solo en 14 lagos y estanques del estado.
Los expertos están centrados en la trucha ártica, una especie presente en Maine durante milenios y codiciada por los pescadores. Esta variedad de trucha enfrenta amenazas como los depredadores invasores y el calentamiento del clima. Además son bastante esquivas, lo que dificulta un seguimiento por parte de los investigadores.
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Michael Kinnison, profesor de aplicaciones evolutivas en la University of Maine, y otros científicos están trabajando con el estado para asegurar que la especie sobrevive. Kinnison participa en un proyecto para recopilar “ADN ambiental” de los cuerpos de agua donde habita el pez.
El proyecto implica recoger muestras de agua de los lagos y estanques donde se sabe que hay ejemplares y estudiar el ADN que ellos y otros arrojan al agua, dijo Kinnison. Esto proporcionará información vital que los científicos pueden utilizar para mantener una población estable de este tipo de trucha, agregó.
Está técnica es además menos invasiva y requiere menos tiempo que métodos anteriores, como el empleo de redes, dijo Kinnison.
La trucha ártica vive en zonas próximas al ártico, incluyendo Canadá y Alaska. Son populares entre los amantes del marisco porque son criadas para comer. Pero para encontrar una en los 48 estados más bajos, un pescador debe ir a una serie de estanques y lagos rurales remotos en Maine, algunos de ellos apenas accesibles.
El proyecto de recogida de ADN en Maine comenzó en 2017 y se espera que continúe durante este verano, apuntó Brad Erdman, un estudiante graduado de ecología en la University of Maine que participa en él. La rama local de Trout Unlimited, una ONG ambientalista, colabora en la campaña con una ayuda concedida por el fondo Embrace-A-Stream de la organización.